Juan José Simonetti, Secretario General del Centro de Empleados de Comercio, aseguró que espera que el gremio cierre su paritaria salarial con un aumento del 35%. Y advirtió acerca del trabajo informal, con niveles que se ubican entre el 35 y el 40 por ciento y el impacto que podría generar el impuesto a las ganancias en los salarios si el Gobierno Nacional no corrige el mínimo imponible.
La paritaria de comercio vence a fines de abril, “todavía no está cerrada porque obviamente nadie quiere cerrar antes de ver qué hacen las otras instituciones, generalmente las organizaciones referentes son las que marcan” la pauta, explicó Juan José Simonetti, Secretario General del Centro de Empleados de Comercio en declaraciones a diario NOTICIAS.
“Los pedidos por ahora son muy dispares: transporte está pidiendo por encima del 40%, la UOM (Unión de Obreros Metalúrgicos) y Transporte tienen problemas con Ganancias”, Comercio, en tanto, demandará alrededor del 35%, informó el titular del gremio.
Por su parte, el Gobierno Nacional también presiona para que no se disparen las pretensiones sindicales. Y en ese sentido ejercerá su rol de árbitro en las paritarias al momento de negociar porcentajes. “Se puede pedir el 45% pero el Gobierno no lo va a homologar. Nadie quiere quedar retrasado, nadie quiere quedar atrás del otro”, afirmó.
Explicó que el incremento salarial para los empleados de comercio de Concordia depende de la comisión paritaria nacional, que negocia el convenio de todos los empleados de comercio del país.
CONGELADO
Con alrededor de 4500 empleados formales el número de empleados mercantiles “no crece; el comercio tiene altas y bajas, fluctuaciones de siempre”. Aclaró que aunque el mercado de trabajo se mantiene estable, “nadie toma y los trabajadores de comercio por lo general no sufren grandes despidos. El crecimiento del empleo vino cuando el país estaba mejor, ahora no hay creación de empleo”, salvo “negocios muy chicos con uno o dos empleados y obviamente que dentro de eso está el personal en negro”.
En esa línea, señaló que “a nivel país hay un 35% de trabajo informal y nosotros estamos entre el 35 y el 40 por ciento. Es un número que no sube ni baja sustancialmente”. Remarcó, asimismo, que no “hay un programa que pueda incluir a esos trabajadores que hoy están en negro, porque tampoco hay una política de seguimiento, no hay penas. Por ejemplo la AFIP le encuentra determinadas cosas a los monotributistas y los persigue. Acá al comercio nadie lo controla, las policías de trabajo provinciales no tienen ni herramientas, ni personal, ni recursos para hacerlo”.
Recordó que el mismo titular de Anses, Diego Bossio, reconoció que en la Argentina el trabajo informal se encuentra por encima del 35%. “Es algo que el gobierno no ha arreglado, ha avanzado en otros aspectos y en esto no”.
ATRAPADOS
Una vez que se cierre la paritaria, Simonetti indicó que una porción importante de los afiliados quedará alcanzada por el impuesto a las ganancias. “Si no lo suben va a alcanzar a casi todos; hay una parte que ya lo paga y con un 30 y pico van a ser alcanzados. Hay que decir que el impuesto se aplica sobre el bruto, no son 15 mil de bolsillo. Hay que descontar entre el 21 y el 24% de retenciones”, sostuvo.
“Me parece una barbaridad que un trabajador que percibe entre 11.500 y 12.000 en la mano sea alcanzado por el impuesto a las ganancias. No parece que sea un sueldo exorbitante, de rico. Los trabajadores jamás en la vida pagamos el impuesto a las ganancias y ahora lo vamos a tener que pagar. Me parece que esos recursos se pueden sacar de otro lado”, consideró el titular del CEC.
Advirtió que si el gobierno no modifica el piso del impuesto podría generar mayor conflictividad sindical, incluso en Concordia. “Ya no solo va a alcanzar a los gremios que tienen mayores remuneraciones como pueden ser camioneros, bancarios, ferroviarios, ya les está tocando prácticamente a todas las actividades”.
Simonetti no comparte la visión oficial que establece la disputa trabajadores ricos vs. trabajadores pobres. “Nadie está en contra de la asignación universal o de los planes de trabajo pero los trabajadores no quieren que les toquen el salario”, mientras la renta financiera permanece exenta. “Uno siempre entendió que el impuesto era para presidentes de empresas”, concluyó.