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Ex Jefe de Operaciones declaro que fue golpeado por defender a uno de los jefes

El ex Jefe de Operaciones, Cristian Hormaechea y el titular de Derechos Humanos del Municipio, Rubén Bonelli, declararon ayer como testigos en el juicio que enfrentan los 18 policías acusados por sedición. “El calificativo de sedición con armas en principio ya está descartado”, resumió el defensor Oscar Bacigaluppe. “Nunca hubo una intimación para que cesen (la acción o presunta toma de jefatura). Ni se les ocurrió. De cualquier forma tendrían que haber intimado. Ni siquiera se lo intentó”, aseguró.

Oscar Bacigaluppe, abogado patrocinante de varios policías imputados, enfatizó que tras la aparente irrupción en la Jefatura y la posterior toma, “quedó en claro que nadie dio orden absolutamente de nada, del cese de lo que se consideraba un acto que no correspondía hacer dentro de la jefatura”.

Entretanto, Bacigaluppe relató que el Comisario Principal, Cristian Hormaechea, “hizo una clara diferencia con respecto a los jefes que fueron insultados y jefes que fueron golpeados y dio su interpretación de cómo es la relación de mucha gente con la tropa y por qué se los respeta y por qué no. Por ejemplo, él sintió un golpe o fue atropellado por querer defender aparentemente a uno de los jefes que sí fue golpeado, pero consideró expresamente que el problema no era con él. Ante una pregunta mía dijo que a él lo habían golpeado por defender a un jefe que algunos aparentemente no querían».

También, puso de manifiesto, según Bacigaluppe que “la persona indicada para hablar con la tropa, de manera de bajarle alguna línea era Rosatelli (Subjefe de Policía de la Provincia). Ofreció toda una serie de antecedentes de la relación de Rosatelli con la tropa y el respeto que le merece a todo el personal policial”.

El controvertido reclamo salarial también tuvo lugar en la audiencia. Cristian Hormaechea pronunció “un encendido alegato a favor de los sueldos que perciben los suboficiales que no les permiten ni siquiera mantener un hijo estudiando. Señaló, a su vez, que con el sueldo que recibe, muy superior al de un suboficial, a duras penas puede hacer estudiar a su hija”.

Recalcó el letrado que durante la audiencia celebrada ayer de mañana, Rubén Bonelli, ex delegado de la subsecretaría de Derechos Humanos, en su declaración contó que “fue increpado en la jefatura por un oficial que tenía problemas con él por un hecho anterior. O sea, se vienen sucediendo una serie de relatos con reclamos entre funcionarios. Todo esto va echando un poco de luz sobre cómo se fueron dando los acontecimientos. Incluso mencionó cómo se manejaban ellos cuando fue asesor de (Hernán) Orduna en la época en la que (el ex intendente) era ministro de gobierno y marcó una diferencia notoria con la forma de (Adán) Bahl”, actual titular de la cartera de Gobierno. “Dice que un ministro de gobierno recibe en el momento información de todos lados y se pueden prevenir este tipo de cosas. Inclusive relató que un alto funcionario político de Concordia personalmente le avisó a Bahl que Concordia estaba complicada”, expuso. “Entonces dijo que él también se sentía responsable porque no se habían atendido las necesidades y reclamos”, agregó.

En la carátula de la causa, la acusación más grave que pesa sobre los uniformados es el delito de sedición. “El calificativo de sedición con armas en principio ya está descartado. Ninguno de los 18 procesados enarboló armas”, afirmó el abogado y sostuvo que se lo ratificó ayer un testigo en el debate.

Desde el comienzo del juicio la defensa se mantiene firme en desechar la presunta sedición conforme al procedimiento que establece el Código Penal. “Nunca hubo una intimación para que cesen (la acción). Ni se les ocurrió, lo único que dicen es que querían dialogar. De cualquier forma tendrían que haber intimado. Quedó acabadamente probado que de ninguna manera se hizo. Ni siquiera se lo intentó”, dijo Bacigaluppe.

 

 

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