Dijo que Concordia tiene grandes fortalezas, pero “muy baja dinámica actoral económica” y carece de “un agente de desarrollo claro, como alguna vez existió”.
El diputado nacional Fabio Quetglas ofreció una conferencia sobre Desarrollo Territorial en el marco de la Expo Concordia Produce y habló particularmente sobre su visión de Concordia, después de dos años de asesorar al intendente Francisco Azcué y a su gabinete. Hizo un repaso de las “capacidades sociales” cuya construcción constituye el Desarrollo, aunque advirtió que “no se pueden trasladar las soluciones de desarrollo territorial”.
Remarcó que “Concordia debe encontrar un mecanismo que incluya en su mapa político a sus actores, a su sistema educativo, a su infraestructura”. Abogó por el fortalecimiento del capital humano, especialmente en los jóvenes y la creación de las «4 o 5 agendas sectoriales que realmente existen” sin pretender abarcar “la agenda del desarrollo”. Destacó la importancia de las pequeñas empresas que son las que producen más del 90% del empleo formal en el país y dijo que “nuestra economía es la economía de la tenacidad de la clase media. O hacemos economía con ellos o hacemos teoría”.
El diputado nacional Fabio Quetglas tiene una altísima incidencia en la vida de Concordia, a pesar de que no muchos concordienses saben de su existencia. Ha sido motivo de crítica en alguna publicación vinculada a la oposición política de la ciudad y ha aparecido en alguna otra publicación, pero lejos de la centralidad que tiene.
En la mesa llamada Civercon (Cinturón Verde Concordia) que tuvo lugar en el contexto de la Expo Concordia Produce dio la primera conferencia de la jornada del sábado sobre su tema de especialidad: el Desarrollo Territorial.
Quetglas asesora a la gestión del intendente Azcué desde el comienzo y dirige la Maestría en Ciudades en la Universidad de Buenos Aires y en Desarrollo Territorial de la Universidad Tecnológica Nacional.
Hizo un reconocimiento inicial particular al intendente Francisco Azcué “por la enorme voluntad de tratar de enderezar el rumbo de Concordia después de 40 años y que se refleja en un montón de decisiones difíciles que viene tomando” cuyo resultado se advierte, según dijo, en que “empieza a verse un sendero de normalización, respecto de una ciudad que ha tenido prácticas políticas muy erosivas de la cultura del trabajo”.
Tuvo otro reconocimiento para “mi amigo -dijo- Pablo Ferreira (el secretario de Hacienda y Coordinación de Gabinete de la Municipalidad), que es con el que más trabajo cotidianamente” y reconoció el trabajo del secretario de Producción, Federico Schottenhofer, en el impulso de la Expo Concordia Produce “porque es muy difícil hacer la primera vez de algo”. Recordó el refrán: “hecho es mejor que perfecto”, en referencia a los aspectos perfectibles de la iniciativa política.
Comenzó su conferencia destacando a uno de los impulsores de Civercon, el ingeniero agrónomo Mariano Winograd, a quien nombró como “mi amigo del alma” y tras la pregunta “insignia” de la charla ¿por qué una sociedad se desarrolla y otras no? hizo su quinto homenaje: al médico húngaro Ignaz Semmelweis.
Contó que Ignaz Semmelweis era un médico que advirtió, viendo a sus colegas, que en situación de postparto morían aproximadamente el 10% de las mujeres en el siglo XIX en Viena. Y descubrió que en los partos en los que quienes atendían se lavaban las manos morían menos mujeres que en los que no se lavaban las manos.
Contó que “los colegas de Semmelweis, esto es muy importante, no creían que algo tan grave se pudiera resolver de una manera tan simple. Y por eso terminó en un manicomio”.
Prosiguió que “cuando después se descubrió el microscopio, apareció Pasteur y la bacteria lo reivindicaron, pero todo el mundo pensaba que para resolver eso que mataba, hacían falta procedimientos ultra sofisticados” e hizo el paralelismo: “con el Desarrollo pasa lo mismo que con Semmelweis. Porque la gente está esperando una cosa ultra, super sofisticada, y no es, en este caso solo una, pero es una suma, como bien dijo el Intendente, es una suma de pequeñas cosas sencillas que producen un resultado sofisticado, que es el Desarrollo”.
Acerca de la pregunta ¿Qué es el desarrollo? advirtió que hay un debate abierto pero dejó de entrada su postura al respecto: “Hay toda una línea de pensamiento que dice que el desarrollo es la construcción de un conjunto de capacidades sociales. Tiene menos que ver con el producto bruto y más con la capacidad que tiene una sociedad de resolver situaciones”.
“Y las capacidades sociales se construyen”, remarcó: “una población alfabetizada tiene mayores posibilidades de generar capacidades para resolver problemas”, ejemplificó.
Agregó que “la infraestructura incrementa las capacidades sociales” y pidió “desagreguemos un poco la idea de riqueza, pobreza, porque si no, la Caracas de 1977 hubiera sido una sociedad desarrollada y quedó demostrado que no, porque cuando se cayó el precio del petróleo, la sociedad venezolana demostró que no tenía capacidad de controlar la violencia urbana sin el petróleo de 100 dólares, por ejemplo”.
En la enumeración de esas “capacidades sociales”, afirmó que “en general hay una correlación positiva entre educación y desarrollo” y después de poner el contraejemplo de la Cuba de los años 60 cuando a pesar de haber derrotado analfabetismo no se desarrolló, destacó que “es más complejo que sólo la educación, que sólo la infraestructura o que sólo el sector externo”.
Puso también como contraejemplo a los Estados Unidos “un país inequívocamente desarrollado con un montón de indicadores, pero hay un montón de capacidades sociales que ha tenido enormes dificultades para construir.
Por ejemplo, les llevó un siglo tener un tratamiento razonable a personas de distintas razas, ni hablar del sistema sanitario”.
La botonera del Desarrollo
Siguiendo el ejemplo que usó el intendente Azcué, cuando lo precedió en la presentación, que dejó dicho que no existe “un solo botón” que se pueda apretar y genere desarrollo, graficó una botonera de ocho comandos y puso en primer lugar a la institucionalidad, porque el Desarrollo es un proceso “muy dilatado en el tiempo, es un proceso transtemporal” que requiere de variables que trasciendan gestiones de gobierno. “Por ejemplo, la Argentina vota una ley de educación pública gratuita y laica en 1884 y llega a un dígito en alfabetismo en 1930, más de 40 años después”.
Consideró que “la Argentina construyó un cierto estándar institucional. Tenemos 45 años de continuidad democrática y algunas instituciones públicas tienen un reconocimiento en sus áreas de influencia”, destacó pero advirtió que “la Argentina tiene un gran déficit en lo que se llamaría la institucionalidad económica. La moneda es una institución también, no es sólo un medio de intercambio”, advirtió.
“Entonces la Argentina tiene una institucionalidad media y una institucionalidad económica pobre”, definió.
“La segunda clave es la generación, circulación y protección del conocimiento”, continuó.
“No hay desarrollo sin conocimiento”, aseguró y precisó que “al final del camino los procesos de construcción de capacidades corren en paralelo con lo que se llaman los procesos de agregación de valor. Para mantener un sistema educativo nacional bien financiado se necesitan recursos que hay que detraer de alguien que los genera”.
Sobre este punto advirtió que existe “la sensación de que quien se está jubilando con 60 años es más competente que el que está entrando con 20. Estaríamos teniendo bono demográfico negativo”, expresó y explicó que “se rompió el automatismo a la hora de reclutar personas para tareas de cierta complejidad. Entonces hay un costo adaptativo y cada vez más una aceptación por parte de los empresarios de ‘si es puntual y no hace lío, le enseñamos a trabajar nosotros’”.
Dijo que “eso era muy latinoamericano, en la Argentina no era así hace unos años. Pero es un sobrecosto” y habló de las diversas experiencias empresariales al estilo de la escuela de aprendices de Egger que en su planta de Concordia toma egresados de la escuela secundaria para incluirlos en un proceso de capacitación.
“Lo aceptamos y nos parece razonable porque decidió esa solución, pero es un sobrecosto”, cuestionó y recordó que “la Argentina tiene el crédito fiscal educativo” cuya utilización debería multiplicarse para aportar a reducir ese sobrecosto, consideró.
Aseguró que “la Argentina precisa urgentemente mantener más alto ese nivel de calificación de los recursos humanos” y antes de pasar al tercer punto remarcó que “el techo de cristal de la capacidad de desarrollo de cualquier sociedad es la capacidad de sus personas”. Destacó además que “a diferencia de la infraestructura, la inversión en capital humano es una inversión modesta, con una tasa de retorno inmensa», entre otros aspectos porque “sale de la cola social”. “Sin hablar de la tasa de retorno en términos humanos existenciales. La tasa de retorno que tiene que una persona se gane la vida producto de su propio talento o fuerza en relación a mecanismos alternativos es infinito”, afirmó y expresó que “es imposible organizar una sociedad productiva si un porcentaje muy alto de la población piensa que su vida está en manos de otro. No importa que sea una corporación, el Estado, la Iglesia. No está estudiado esto, pero la correlación en el sentido de responsabilidad individual y desarrollo debe ser muy alta”.
“Si uno se victimiza, no llega al desarrollo”, aseguró y agregó que “para llegar al desarrollo tiene que hacerse responsable de algo. Esto vale para los empresarios, vale para los políticos, vale para los laburantes”.
“Y cuando hablo de capacitación, uno enseguida piensa en la capacitación de la fuerza de trabajo. Si yo pudiera empezar, en Argentina, empezaría por la capacitación de la elite. Capacitar mejor a los que toman decisiones, incluido el equipo”, consideró.
El tercer punto, destacó que no hay posibilidad de construir desarrollo sin reglas de competencia.
Aseguró que “las sociedades monopólicas no logran desarrollarse y las sociedades del capitalismo amigo, de competencia amañada, no logran desarrollarse. Las sociedades que logran desarrollarse son las que tienen reglas de competencia que son un sistema de premio y castigo que, en definitiva, estimula a mejorar. Las empresas que sobreviven, que exportan, que diversifican, que innovan, hubo un día que se adaptaron a la regla de competencia. Hubo un día que entendieron que lo importante es que el que compra los elija”.
Respecto del cuarto indicador, mencionó que “un colega chileno que es como un prócer para nosotros que se llamaba Sergio Biosier escribió en un paper que decía que el desarrollo es un emergente sistémico. Uno hace cosas y se produce un emergente sistémico que es el desarrollo. Y hay una cosa que las sociedades desarrolladas tienen que es que tienen bienes públicos de calidad. El bien público es una garantía”.
“Nosotros hemos deformado la idea de bienes públicos que no necesariamente son estatales. Por ejemplo, la confianza cívica es un bien público. La tasa de convivencialidad es un bien público”, definió.
“Lo que quiero decir es que una sociedad sin bienes públicos es muy difícil que articule su sistema económico”, expresó y puso un ejemplo de Concordia: “acá hay una brigada de lucha contra el fuego pública. Hay un stock de capital enorme a proteger. Es un tema al hay que ponerle mucho profesionalismo por las condiciones del cambio climático porque aparte a Concordia no le interesa que quiebren los proveedores de madera para sus grandes empresas ni mucho menos, hay mucho en juego ahí. Y al revés, si tuvieran el mejor sistema de lucha contra el fuego de la Argentina, ¿sería un destino más atractivo para inversiones forestales o no? Entonces, los bienes públicos son determinantes del desempeño económico y no tienen por qué ser necesariamente estatales”. “La estabilidad presupuestaria es un bien público”, agregó.
“Quinto punto, la densidad asociativa. Y acá quiero mostrar un ejemplo de una de las ciudades argentinas que más quiero, que es Tandil”, dijo Quetglas y habló de la radicación del gigante Globant “que fue a Tandil porque había ya cuarenta y pico empresas del mundo de la economía del conocimiento”.
Aseguró que fue a partir de un acuerdo con la Cámara Local en un ejemplo de densidad asociativa. “La Cámara estableció un acuerdo con Globant y por eso Globant fue a Tandil y no fue a una capital de provincia, donde tendría más ventajas”.
Consideró que “la densidad asociativa es un problema que veo en Concordia, la densidad asociativa es un precedente de la capacidad, porque hay cosas que no puede encarar uno solo, necesariamente precisa un aspecto asociativo para encararlo asociativamente. Es un tema para pensarlo, y abre una ventana a un subtema sobre el que quiero hablar, que estaría para otra conferencia completa que es la vinculación público privada. El desarrollo es un resultado público, pero no es un resultado estatal”.
“Si no hay agenda compartida es muy difícil construir el futuro. En cualquier tema”, advirtió. “Y entonces nosotros tenemos a veces una fascinación con la idea de que a mí me gustaría hablar con un interlocutor mejor que el que tengo, pero como dice Machado, no hay otro tiempo que el que nos ha tocado”, reflexionó.
Y agregó: “en Concordia hay los empresarios que hay y hay los políticos que hay. O congeniamos, armamos un equipo con lo que tenemos, o no vamos a ningún lado. Porque la larga lista de reproches que el sector privado puede tener sobre el sector público seguramente es legítima y la larga lista de reproches que el sector público puede tener sobre el sector privado es legítima. Pero no son intercambiables. No podemos traer un stock de empresarios noruegos a Concordia para hacer el desarrollo y tampoco podemos traer un stock de políticos daneses. O lo hacemos con los que estamos, o no lo hacemos. No tenemos solución. Es un tema para pensar, porque la densidad asociativa es el resultado de una forma de conversar.”
En el sexto punto se refirió a la competividad y aseguró que “hay una visión industrialista que considera que la única forma de ser competitivo es tener una producción escalar que haga que se licuen todos los costos y que pueda organizar un volumen de producción a escala. Y no hay ninguna duda de que eso es verdad. Pero hay muchas formas de ser competitivo”, advirtió.
“Y cada vez más la tecnología permite ser competitivo de una manera diferente. Concordia, cuando quiere ser competitivo, no tiene que competir con el parque industrial de Pilar”, ejemplificó. “Tiene que producir la respuesta económica que mejore más la calidad de vida de los jóvenes, que genere más capacidades en Concordia”.
Dijo que “uno podría poner la agenda ambiental como una agenda de la institucionalidad trastemporal. Es como cuida un activo a través del tiempo. Pero tiene como una agenda propia. Es importante, pero convive con las otras siete”.
Remarcó que sobre los dos últimos tópicos “yo tengo particular aprecio. Porque son contraintuitivas” y precisó que “un factor de competitividad y de desarrollo hoy es la calidad de la visibilidad pública. La imagen pública hay que cultivarla. No es gratuito. No es que no significa nada. Por eso hay programas de marketing territorial. La visibilidad que se sostiene, la visibilidad que está apoyada en hechos, en políticas públicas, la que confirma eso que prometió, lo que se llama la promesa marcaria que se cumple”.
Advirtió que “la visibilidad pública, salvo muy poquitas excepciones, necesariamente es una gestión estatal. Porque es muy improbable que un actor económico invierta en un bien de beneficio colectivo, de acumulación colectiva. En general es un bien la gestión de la visibilidad territorial que nada tiene que ver con el programa de comunicación del gobierno”.
Y el octavo punto es la capacidad de innovar, “que no es lo mismo que la capacidad de producir. De hecho hay países muy productivos y muy poco innovadores, y hay países medianamente productivos, muy innovadores. Y la innovación es una complejidad fenomenal”, prosiguió.
Dijo que “las sociedades con mejores estándares institucionales son más innovadoras que las sociedades con peores estándares institucionales, porque innovar es un riesgo y es difícil asumir riesgos sobre riesgos. Hay una correlación entre calidad educativa y capacidad innovativa”.
Abundó que “es más innovadora la gente más formada que la gente menos formada. Hay una correlación fuerte. Y hay una correlación fuerte en un tema muy controversial para la Argentina, en la planificación y la innovación”.
Detalló que “la innovación se expresa en un área del saber. Y como demanda mucha energía la capacidad innovativa, las sociedades más innovadoras son las sociedades donde el acuerdo público-privado pone foco y se hace innovador en un área de la economía. Por ejemplo, la Argentina es muy innovadora en el complejo de cereales y oleaginosos”.
“De alguna manera, -agregó- se sugiere que la planificación hace que no se disperse la energía que demanda la capacidad innovativa. ¿Y por qué es tan importante la innovación? De los ocho, la dejé para lo último, porque estudiadas todas las cadenas de valor, queda demostrado que lo que se llama la parte del león, o sea, el segmento de mayor rentabilidad lo toma el segmento innovativo”.
“Conclusión, si no sos innovador, no serás desarrollado. Porque quedarás medrando en captaciones de renta baja. Por eso es tan importante formar a la gente, por eso es tan importante seleccionar las áreas de incidencia y no dejar que ocurra”, afirmó.
Expresó que entre los puntos que “explican la innovación, que son la formación, la planificación, etc., hay uno que Argentina lo tiene muy marcado, que es la capacidad emprendedora. A un emprendedor se le puede enseñar casi cualquier cosa, pero el ímpetu emprendedor es de naturaleza psicológica. Lamentablemente en la Argentina el capital emprendedor era mucho más alto que es el que es hoy. Hoy Argentina tiene 15 empresas, si uno lo dividiera el capital emprendedor por la cantidad de empresas formales, Argentina tiene 15 empresas formales cada mil habitantes. Brasil 38. Chile 70. Y con las informales mejoramos un poco, pero no tanto. Disminuyó mucho el capital emprendedor argentino. Alguna explicación da la inestabilidad macro”.
“El capital emprendedor en nuestra sociedad es fundamental. Porque aparte no hay ninguna posibilidad de aprender en términos económicos, por eso se usa el neologismo emprendizaje. Esta idea de que haciendo me constituyo en un experto de lo que hago”.
Concordia: debilidades y fortalezas
“Voy a hacer una pequeña confesión: Concordia me encanta”, aseguró. “Primer punto. Tiene un montón de fortalezas: tiene una economía diversificada. Una fortaleza. Un posicionamiento logístico que ni hablemos, una súper fortaleza. Lo voy a tomar como fortaleza que tiene un pasado de esplendor, esa idea de que ‘alguna vez lo hicimos y lo podemos volver a hacer’. Tiene una buena fuente educativa. Y sin caer en la lisonja, tiene un gobierno con foco en estabilizar la Municipalidad”.
“Tiene también debilidades. Creo que es muy baja la dinámica actoral económica. Es una debilidad. No hay un agente de desarrollo claro, como alguna vez existió”.
Acerca de qué hacer, se respondió: “Trataría de trabajar con el sector privado cómo fortalecer el capital humano. Me dedicaría 90 días, 120 días, no es más cursos no es más oferta sino ¿cómo podemos hacer con una persona en el rango que para mí es crítico en términos de inclusión social que es el que va de 20 a 30 años? Yo trabajaría mucho eso y la creación de agendas sectoriales. No ‘la’ agenda del desarrollo sino la agenda de la citricultura, del sector maderero, la agenda de los sectores que realmente existen 3, 4, 5 agendas específicas de articulación pública”.
“Los que nos dedicamos al desarrollo territorial llega un momento que aprendemos que para ir a trabajar en un territorio hay que conocer la estructura económica de ese territorio. No se pueden trasladar las soluciones de desarrollo territorial”, expresó y definió que ‘el’ Desarrollo no existe, existen ‘los’ desarrollos” y afirmó que “Concordia debe encontrar un mecanismo que incluya en su mapa político a sus actores, a su sistema educativo, a su infraestructura”.
Recordó que “en la Argentina más del 90% del empleo formal privado lo produce la empresa con promedio de menos de 20 trabajadores. Nuestra economía es la economía de la tenacidad de nuestra clase media. O hacemos economía con ellos o hacemos teoría”, finalizó.
Fuente: Redes de Noticias