El gobierno provincial, a través de la Dirección de Producciones Pecuarias Alternativas del Ministerio de Producción, trabaja en la implementación de herramientas de financiamiento y apoyo técnico que permitan que los actores del primer eslabón de la cadena, que son los productores de miel, puedan lograr imponer sus condiciones de venta, tanto en el mercado interno como en el externo, y así avanzar en la reactivación del sector.
Si bien existió un aporte económico gestionado por el gobierno provincial para aquellos productores contemplados en la primera etapa del Decreto de Emergencia Nº411/16, no ocurrió lo mismo con los productores apícolas que obtuvieron el certificado de emergencia correspondiente a la segunda etapa, bajo el Decreto Nº 879/16, ya que los beneficios fueron otros. Esos beneficios estuvieron vinculados al traslado de las obligaciones impositivas tales como vencimiento de pago de impuestos provinciales o moratorias, como así también la obtención de créditos a través del Consejo Federal de Inversiones (CFI) para el caso de los productores que poseían más de 300 colmenas.
Paralelamente, en el orden nacional al comienzo de este año se han tomado medidas vinculadas al beneficio otorgado en primera instancia a los exportadores, como fue la quita del derecho de exportación de miel, o el reintegro de los impuestos internos pagados por la cadena de exportación y beneficios en el cambio de la divisa.
En este contexto, el gobierno provincial busca soluciones para que los pequeños productores apícolas, que fueron los más afectados, puedan revertir su situación económica y mejorar sus condiciones de producción.
Al respecto, la directora de Producciones Pecuarias Alternativas, Noemí Altamirano, señaló que “desde nuestra gestión provincial consideramos que todas estas medidas benefician directamente a los más grandes, que son los exportadores. Y creemos que hoy la ayuda tiene que estar orientada fundamentalmente a la raíz de la cadena productiva, que son los pequeños y medianos productores para que puedan recuperarse de todas las dificultades generadas por la emergencia agropecuaria”.
BÚSQUEDA DE HERRAMIENTAS PARA EL SECTOR
Este año se está trabajando en el aspecto sanitario como herramienta que les permitiría sostener los apiarios y buscar las posibilidades de mantener la producción, dada la preocupante situación en la que se encuentra el sector por las diversas contingencias climáticas que se han sucedido, tanto en lo referente a producción como comercialización.
“Con el propósito de vender en mayor medida en el mercado interno, se está trabajando en la creación de herramientas de financiamiento para todos aquellos emprendimientos que tengan que ver con el agregado de valor no sólo a la miel sino de otros productos que derivan de la cadena de valor apícola, como así también financiar la posibilidad de exportar cada vez más a las pequeñas y medianas empresas apícolas que existen hoy en la provincia. Entre estas últimas se consideran, fundamentalmente, a las cooperativas y otros medianos empresarios que deciden agregarle valor o simplemente mejorar las condiciones para poder exportar de modo directo”, sostuvo Altamirano.
TRAZABILIDAD EN LA PRODUCCIÓN
Consultada sobre las limitaciones que poseen los pequeños y medianos productores dentro de la cadena, Altamirano indicó que en varias oportunidades los productores deben “tercerizar su producción en lo que atañe a la extracción de miel”.
Para esto se está haciendo un trabajo conjunto para que las salas de extracción se terminen de construir y que los grupos de productores tengan su correspondiente sala de extracción habilitada para poder tener el beneficio de la trazabilidad de la miel. “De esta manera se ahorran tener que ir a un tercero y pagarle para realizar este trabajo que cumple con las exigencias impuestas por el Senasa, tanto para el mercado interno como para el externo” fundamentó Altamirano.
Y agregó: “Además se intenta conseguir otro tipo de equipamiento que permita llegar a la miel homogeneizada y de acuerdo a las condiciones que exige el comercio internacional para poder exportarla y que las mismas también estén habilitadas por Senasa”.
CONVENIO PARA QUE LAS COOPERATIVAS EXPORTEN
“Estamos elaborando un modelo de convenio que incluya todo lo que tenga que ver con esta cadena de valor y tratar de que las empresas que van a exportar, fundamentalmente las cooperativas y la Federación de Cooperativas Apícolas estén en condiciones de concretar las exportaciones. Para esto se evalúa la posibilidad de financiarles la etapa previa de logística, para tratar de que esas plantas sirvan de depósito, para lo cual se van a direccionar los proyectos de infraestructura de esta cadena, y también financiar la parte técnica de capacitación que es importantísima para estar preparados al momento de poner el producto en la vidriera global.
«Queremos que los productores asociados en cooperativas se conviertan en lo que son: verdaderas pequeñas y medianas empresas. Capaces de resolver no sólo las cuestiones organizativas, administrativas de gestión empresarial, sino también lo comercial, que en definitiva es la resolución de la cadena de valor”, dijo Altamirano.
TRANSPARENCIA EN LA CADENA PRODUCTIVA
Consultada sobre las alternativas de trabajo para lograr transparencia en la cadena de valor apícola, Altamirano sostuvo que para esto “se deben estudiar los costos de producción, de exportación, para que sean cada vez más los actores del primer eslabón, quienes producen la miel, quienes generen las condiciones de venta. Queremos que sea el productor el que ponga los costos de producción y el margen de ganancia de su producción y no que sea impuesto por el mercado externo o los propios exportadores que son contados con una mano”.
“Esto se puede mejorar a través de las herramientas que cuenta el Estado, como ser el Registro Nacional de Productores Apícolas (Renapa) que queremos que funcione como información para la toma de decisiones y volcar en ello todas las políticas que queremos llevar adelante desde el gobierno provincial”, concluyó la funcionaria.