PARÍS, 31 ene (Reuters) – Grandes multitudes marcharon el martes por toda Francia para decir «no» al plan del presidente Emmanuel Macron de hacer que la gente trabaje más tiempo antes de jubilarse, mientras se intensifica la presión en las calles contra un gobierno que dice que se mantendrá firme.
Las encuestas de opinión muestran que una mayoría sustancial de los franceses se opone a aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años, una medida que Macron dice que es «vital» para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones.
El Ministerio del Interior francés dijo que un total de 1.272 millones de personas participaron en las protestas en todo el país, un poco más que en la primera manifestación nacional el 19 de enero. En París, un total de 87.000 personas marcharon, en comparación con 80.000 el 19 de enero, agregó.
«Es mejor que el 19. … Es un mensaje real enviado al gobierno, diciendo que no queremos los 64 años», dijo Laurent Berger, quien dirige CFDT, el sindicato más grande de Francia, antes de la marcha de París.
Los líderes sindicales en una conferencia de prensa conjunta al final de la marcha dijeron que organizarían más huelgas y manifestaciones contra la reforma el 7 y 11 de febrero.
Marchando detrás de pancartas que decían «No a la reforma» o «No nos rendiremos», muchos dijeron que saldrían a las calles tantas veces como fuera necesario para que el gobierno retroceda.
«Para el presidente, es fácil. Se sienta en una silla … puede trabajar hasta los 70 años, incluso», dijo la conductora de autobús Isabelle Texier en una protesta en Saint-Nazaire, en la costa atlántica. «No podemos pedir que las capas del techo funcionen hasta los 64 años, no es posible».
Los trabajadores en huelga interrumpieron las entregas de las refinerías francesas, el transporte público y las escuelas, incluso aunque en varios sectores menos abandonaron el trabajo el martes que el 19, ya que una crisis del costo de vida hace que sea más difícil saltarse el salario de un día.
MAS HUELGAS
Para los sindicatos, el desafío será mantener las huelgas en un momento en que la alta inflación está erosionando los salarios.
Una fuente sindical dijo que alrededor del 36,5% de los trabajadores de los operadores ferroviarios de SNCF estaban en huelga al mediodía, casi un 10% menos que el 19 de enero, aunque la interrupción del tráfico ferroviario fue en gran medida similar.
En las redes ferroviarias, solo uno de cada tres trenes TGV de alta velocidad estaba en funcionamiento y aún menos trenes locales y regionales. Los servicios en el metro de París fueron arrojados al caos.
Grupo de servicios públicos EDF (EDF. PA) dijo que el 40,3% de los trabajadores estaban en huelga, frente al 44,5%. El Ministerio de Educación también dijo que menos maestros abandonaron su trabajo.
Los sindicatos y las empresas a veces no estaban de acuerdo sobre si esta huelga fue más o menos exitosa que la anterior. Para TotalEnergies (TTEF. PA), menos trabajadores en sus refinerías habían parado, pero la CGT dijo que había más.
En cualquier caso, el suministro de energía francés se redujo en aproximadamente un 5% o 3,3 gigavatios (GW) cuando los trabajadores de los reactores nucleares y las plantas térmicas se unieron a la huelga, según mostraron los datos de EDF.
Y TotalEnergies dijo que las entregas de productos derivados del petróleo desde sus sitios franceses se habían detenido, pero que se cumplieron las necesidades de los clientes.
BRUTAL
El gobierno ha dicho que empujar la edad de jubilación a 64 años es «no negociable».
Y con la reforma planteando una prueba de la capacidad de Macron para impulsar el cambio ahora que ha perdido su mayoría de trabajo en el parlamento, algunos se sintieron resignados en medio de negociaciones con opositores conservadores que están bastante abiertos a la reforma de las pensiones.
«No tiene sentido ir a la huelga. Este proyecto de ley será adoptado en cualquier caso», dijo Matthieu Jacquot, de 34 años, que trabaja en el sector del lujo.
La reforma del sistema de pensiones produciría 17.700 millones de euros adicionales (19.180 millones de dólares) en contribuciones anuales a las pensiones, según estimaciones del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos dicen que hay otras formas de aumentar los ingresos, como gravar a los súper ricos o pedir a los empleadores o pensionistas acomodados que contribuyan más.
«Esta reforma es injusta y brutal», dijo Luc Farre, secretario general del sindicato de funcionarios públicos UNSA.
A nivel local, algunos anunciaron operaciones «Robin Hood» no autorizadas por el gobierno. En la zona suroccidental de Lot-et-Garonne, la sección sindical local de la CGT cortó la electricidad a varias cámaras de velocidad y desactivó los medidores de potencia inteligentes.
«Cuando hay una oposición tan masiva, sería peligroso para el gobierno no escuche «, dijo Mylene Jacquot, secretaria general de la rama de funcionarios públicos de CFDT.
