Anita, una abuela de 94 años que vive sola, contó que pasada la medianoche del viernes, mientras ella dormía, dos jóvenes ingresaron a su casa y la ataron, le taparon la boca, revolvieron toda la casa y se llevaron la plata de la jubilación que había cobrado el día anterior y las joyas que encontraron.
«Yo los conozco, les di de comer cuando eran chicos. Esto no se hace», dijo la abuela, quien todavía muestra los moretones de las ataduras.
En efecto, Anita los reconoció. Viven cerca y como siempre fueron pobres de chicos ella les daba comida y cuando el padre les pegaba mucho ella los resguardaba en su casa. Hizo la denuncia y reconoció fotos en los prontuarios.
Entraron en la madrugada del viernes, creen que por el patio, y desde allí forzaron la puerta del fondo. Ella estaba dormida y se despertó porque sentía que se asfixiaba. Tenía uno encima que le apretaba el cuello y otro le golpeaba la cabeza. Después le ataron las manos y le taparon la boca. Pedían plata y joyas. Ella cree que estuvieron dos horas adentro porque dieron vuelta la casa. Parecía aun hoy que había pasado un tsunami por el lugar. Descolgaron hasta los cuadros. Se llevaron 4 mil pesos, la jubilación que el hijo le había cobrado el día anterior, anillos y otras alhajas de oro.
Según Radio Máxima, antes de irse la desataron y uno le dio dos besos y le dijo “vos no te mereces esto”.