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Informe revela que los precios del arándano cayeron un 67% en dos décadas

 

Un estudio del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea, mostró un indicador que refleja la evolución del poder de compra del exportador en Argentina, en medio del debate por la rentabilidad de las ventas al exterior esmeriladas por el aumento persistente de costos después de cada devaluación. En la conversión a pesos descontada la inflación, el arándano es el gran perdedor con una reducción de 67%.

El indicador resultante del estudio de Ieral es el precio de exportación de los principales productos regionales, pero en vez de expresarlos en dólares, se lo hizo en pesos, y se eliminó el componente inflacionario.

“A fines de 2023, con la fuerte devaluación, mejoró la situación de los exportadores. Sin embargo, con el tiempo, con un dólar oficial que no ha seguido el ritmo de la inflación, se ha ido deteriorando el poder de compra de los exportadores regionales, llegando a una situación similar a la de mediados de 2023″, indicó el informe, elaborado por Jorge Day.

La comparación de los precios actuales de los productos regionales, con sus respectivos promedios históricos de los últimos veinte años arroja que el aceite de oliva registró un aumento del 30%, la papa conservada, 17%; y el arroz 2%. En el otro extremo, los arándanos tuvieron una disminución del -67%, seguidos por las nueces (-61%), la ciruela seca (-55%), el ajo y los limones (-45%).

También, destacan las bajas en productos como las peras (-38%), el trigo (-34%), los porotos y el azúcar (-31%), las manzanas (-29%), soja (-28%) y papa, aceite de maní y naranjas (-27%), entre otros.

“Salvo excepciones, como el aceite de oliva y papas industrializada, el resto está por debajo de esos históricos. Muy notorio en productos que hace unos años eran novedad, como nueces y arándanos, que tuvieron muy buenos precios años atrás, y luego se han normalizado”, aseguró el informe.

Desafíos para 2025

En ese marco, el autor señaló que en línea con los pronósticos para 2025 “es altamente probable que se mantenga ese dólar bajo, es decir, los altos costos en dólares. Y si el plan actual sigue vigente, es una situación que puede durar varios años”.

En lo que refiere a las alternativas, y a sabiendas que faltan incorporar las cantidades al análisis, el interrogante es si éstas se pueden incrementar con mayor productividad, lo que se traduciría en menores costos unitarios. Esto se logra con inversiones, las cuales pueden ser posibles al haber más crédito bancario (partiendo de niveles muy bajos) y acceso a nuevas tecnologías.

“La pregunta es si esto permitirá incrementar significativamente la rentabilidad de los distintos sectores”, expresaron.

Por otra parte, en general, producir más es mejor, en especial en productos netamente exportadores, como los cereales, porque no cambian sus precios. En cambio, no lo sería tanto para aquellos que dependen fuertemente del mercado interno.

“Desde la perspectiva de la política económica, es clara la necesidad de reducir los costos que enfrentan las empresas. Clarísimo en impuestos. La alta presión tributaria se podrá reducir en forma sustentable con niveles de gasto público más razonable, una tarea que tomará su tiempo. También se necesita hacer reformas en materia de aduanas y puertos, que impliquen menores costos para exportar”, concluyó el estudio.

 

 

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