“No justifico para nada que Concordia se haya dejado a la deriva y en manos de saqueadores. Es una vergüenza lo que pasó. Las autoridades provinciales nos dejaron a la buena de dios. No estuvieron a la altura de las circunstancias”, enfatizó el empresario Roberto Niez en su declaración frente al tribunal que juzga a 18 policías acusados de sedición.
El empresario Roberto Niez inició ayer su declaración testimonial en el juicio a los policías con un enfoque diferente. Retrotrajo su relato dos años antes de los saqueos. Como integrante del Centro de Comercio e Industria de Concordia, la seguridad en la ciudad era un “tema de preocupación desde hace mucho tiempo y lo sigue siendo”, indicó. Al tiempo que las demandas de la fuerza se reiteraban: condiciones de trabajo del personal policial, nafta para patrulleros, chalecos vencidos, municiones, uniformes.
En el marco del Consejo de Seguridad, referentes de la sociedad civil se reunieron varias veces con funcionarios, con el Jefe de Policía de la Provincia Héctor Massuh y con el Ministro de Gobierno Adán Bahl. Les pedían “acciones concretas en temas de seguridad”, y remarcaban la cuestión salarial de los uniformados.
“No justifico para nada que Concordia se haya dejado a la deriva y en manos de saqueadores. Es una vergüenza lo que pasó. Las autoridades provinciales nos dejaron a la buena de Dios. No estuvieron a la altura de las circunstancias”, manifestó. Y en seguida advirtió: “nada quita que esto no vuelva a ocurrir y esto es lo preocupante. La situación aun hoy no es la ideal. Manifiestan condiciones que no son dignas”.
Si el procurador de la provincia, Jorge Amílcar García, declaró nulo el acta acuerdo con el argumento de que se había firmado bajo extorsión, “me pregunto para qué el gobernador nos convocó tanto al Obispo como a mí. No era necesaria nuestra presencia”. “Verdaderamente no sé para que nos convocó”. Podría ofrecer “40 o 50 mil pesos” si después “iba a negar todo”. “En ese momento noté que ambas partes negociaban de verdad, si notaba que esto iba a ser una farsa, yo sinceramente no me presto”, enfatizó.
CLIMA DISTENDIDO
Contó que el presidente del Centro de Comercio Walter Kleiman le comunicó preocupado que policías que hacían adicionales se habían retirado de sus puestos. Ante esta situación le pareció pertinente llamar a gendarmería debido a los antecedentes de saqueos registrados en Córdoba. Minutos después Kleiman le devuelve la llamada: “gendarmería no tenía orden de intervenir en la ciudad de Concordia”.
Relató que a las 7.30 del lunes en sede de Cafesg participó de una reunión con Bahl, Massuh y comerciantes saqueados. Molesto, Niez hizo notar lo que podía suceder al señalar que “lo que ganaba un policía no era digno”. El Gobernador Urribarri le reprochó que “no era el momento” para tales planteos, y “en voz alta” dijo que se trataba de “policías sediciosos”.
Por la tarde recibe una llamada del intendente Bordet, “te paso con el gobernador” le dijo. “Me pide por favor una mano en la solución del conflicto”.
Dijo que aceptó de buen grado el pedido y se dirigió solo hacia la Jefatura. Allí lo hacen pasar y le entregan un megáfono para que se comunique con todos los policías. Le informan, asimismo, que pretendían un básico de 4 mil pesos, (cobraban $1237), mas una lista de pedidos que “no era nueva”.
De regreso a Cafesg, Niez señaló que presenció “un diálogo respetuoso, una conversación amable” entre funcionarios policiales y el gobernador. Con todo, si las conversaciones no llegaban a buen puerto y se extendían mucho más, el obispo Luis Collazuol advirtió que con los vándalos en las calles “podría haber muchos muertos más. Concordia no se merece estar así”, se quejó. El religioso en su búsqueda por lograr que ambas partes cedan dijo que “todos íbamos a ser responsables por las muertes”, recordó el empresario.
Negó asimismo exhibición de armas por parte de los imputados. “En ningún momento vi semejante cosa, centralmente era un diálogo por un reclamo salarial”.
Una vez sellado el acuerdo, que en los papeles ascendía a los 8400 pesos, contó que los policías buscaban sacarse una foto con el gobernador. Describió un “clima distendido”, con sonrisas incluidas. Sin embargo, advirtió que les preocupaba futuras “sanciones internas”.
Al día siguiente, en una nueva reunión el gobernador les transmitió que “todo iba a estar bien. Nos fuimos con ese convencimiento” a partir de gestos de asentimiento de Urribarri.
Las tratativas en Cafesg se desarrollaron bajo “un ambiente cordial, el tono era amable, se escucharon, no hubo sobre modulación” de las partes. “No noté que haya una situación de presión”, afirmó.
Restablecida la calma en la ciudad, el procurador Amílcar García declaró nulo el acuerdo por considerarlo extorsivo. “En ese momento noté que ambas partes negociaban de verdad, si notaba que esto iba a ser una farsa, yo sinceramente no me presto”, descontó.
Sobre el final de su exposición subrayó que le produjo una fuerte indignación cuando regresó a su casa entre las dos y tres de la mañana del 9 de diciembre. Entonces, vio que el supermercado Modelo de calle J.B. Justo y Néstor Garat estaba siendo saqueado. “La gente iba caminando por calle N. Garat y pasaron con todas las cosas saqueadas frente a la casa del Gobernador Urribarri y habiendo allí custodia policial, gente de civil, no vi que en ningún momento nadie diga nada. Mas, les dije a algunos de ellos ‘Muchachos, ¿y esto?; ¿cómo es la cosa?’”.
“No justifico para nada que Concordia se haya dejado a la deriva y en manos de saqueadores. Es una vergüenza lo que pasó. Las autoridades provinciales nos dejaron a la buena de dios. No estuvieron a la altura de las circunstancias”, enfatizó el empresario Roberto Niez en su declaración frente al tribunal que juzga a 18 policías acusados de sedición.
El empresario Roberto Niez inició ayer su declaración testimonial en el juicio a los policías con un enfoque diferente. Retrotrajo su relato dos años antes de los saqueos. Como integrante del Centro de Comercio e Industria de Concordia, la seguridad en la ciudad era un “tema de preocupación desde hace mucho tiempo y lo sigue siendo”, indicó. Al tiempo que las demandas de la fuerza se reiteraban: condiciones de trabajo del personal policial, nafta para patrulleros, chalecos vencidos, municiones, uniformes.
En el marco del Consejo de Seguridad, referentes de la sociedad civil se reunieron varias veces con funcionarios, con el Jefe de Policía de la Provincia Héctor Massuh y con el Ministro de Gobierno Adán Bahl. Les pedían “acciones concretas en temas de seguridad”, y remarcaban la cuestión salarial de los uniformados.
“No justifico para nada que Concordia se haya dejado a la deriva y en manos de saqueadores. Es una vergüenza lo que pasó. Las autoridades provinciales nos dejaron a la buena de Dios. No estuvieron a la altura de las circunstancias”, manifestó. Y en seguida advirtió: “nada quita que esto no vuelva a ocurrir y esto es lo preocupante. La situación aun hoy no es la ideal. Manifiestan condiciones que no son dignas”.
Si el procurador de la provincia, Jorge Amílcar García, declaró nulo el acta acuerdo con el argumento de que se había firmado bajo extorsión, “me pregunto para qué el gobernador nos convocó tanto al Obispo como a mí. No era necesaria nuestra presencia”. “Verdaderamente no sé para que nos convocó”. Podría ofrecer “40 o 50 mil pesos” si después “iba a negar todo”. “En ese momento noté que ambas partes negociaban de verdad, si notaba que esto iba a ser una farsa, yo sinceramente no me presto”, enfatizó.
CLIMA DISTENDIDO
Contó que el presidente del Centro de Comercio Walter Kleiman le comunicó preocupado que policías que hacían adicionales se habían retirado de sus puestos. Ante esta situación le pareció pertinente llamar a gendarmería debido a los antecedentes de saqueos registrados en Córdoba. Minutos después Kleiman le devuelve la llamada: “gendarmería no tenía orden de intervenir en la ciudad de Concordia”.
Relató que a las 7.30 del lunes en sede de Cafesg participó de una reunión con Bahl, Massuh y comerciantes saqueados. Molesto, Niez hizo notar lo que podía suceder al señalar que “lo que ganaba un policía no era digno”. El Gobernador Urribarri le reprochó que “no era el momento” para tales planteos, y “en voz alta” dijo que se trataba de “policías sediciosos”.
Por la tarde recibe una llamada del intendente Bordet, “te paso con el gobernador” le dijo. “Me pide por favor una mano en la solución del conflicto”.
Dijo que aceptó de buen grado el pedido y se dirigió solo hacia la Jefatura. Allí lo hacen pasar y le entregan un megáfono para que se comunique con todos los policías. Le informan, asimismo, que pretendían un básico de 4 mil pesos, (cobraban $1237), mas una lista de pedidos que “no era nueva”.
De regreso a Cafesg, Niez señaló que presenció “un diálogo respetuoso, una conversación amable” entre funcionarios policiales y el gobernador. Con todo, si las conversaciones no llegaban a buen puerto y se extendían mucho más, el obispo Luis Collazuol advirtió que con los vándalos en las calles “podría haber muchos muertos más. Concordia no se merece estar así”, se quejó. El religioso en su búsqueda por lograr que ambas partes cedan dijo que “todos íbamos a ser responsables por las muertes”, recordó el empresario.
Negó asimismo exhibición de armas por parte de los imputados. “En ningún momento vi semejante cosa, centralmente era un diálogo por un reclamo salarial”.
Una vez sellado el acuerdo, que en los papeles ascendía a los 8400 pesos, contó que los policías buscaban sacarse una foto con el gobernador. Describió un “clima distendido”, con sonrisas incluidas. Sin embargo, advirtió que les preocupaba futuras “sanciones internas”.
Al día siguiente, en una nueva reunión el gobernador les transmitió que “todo iba a estar bien. Nos fuimos con ese convencimiento” a partir de gestos de asentimiento de Urribarri.
Las tratativas en Cafesg se desarrollaron bajo “un ambiente cordial, el tono era amable, se escucharon, no hubo sobre modulación” de las partes. “No noté que haya una situación de presión”, afirmó.
Restablecida la calma en la ciudad, el procurador Amílcar García declaró nulo el acuerdo por considerarlo extorsivo. “En ese momento noté que ambas partes negociaban de verdad, si notaba que esto iba a ser una farsa, yo sinceramente no me presto”, descontó.
Sobre el final de su exposición subrayó que le produjo una fuerte indignación cuando regresó a su casa entre las dos y tres de la mañana del 9 de diciembre. Entonces, vio que el supermercado Modelo de calle J.B. Justo y Néstor Garat estaba siendo saqueado. “La gente iba caminando por calle N. Garat y pasaron con todas las cosas saqueadas frente a la casa del Gobernador Urribarri y habiendo allí custodia policial, gente de civil, no vi que en ningún momento nadie diga nada. Mas, les dije a algunos de ellos ‘Muchachos, ¿y esto?; ¿cómo es la cosa?’”.