Laura Hereñú, presidente de la Delegación Entre Ríos de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), destacó como balance de la situación del sector en el primer año de gestión de Javier Milei «que se ha podido acompañar a las empresas en el proceso para que no cierren». Precisó que de los obreros de la construcción que había a finales del 2023 quedó la mitad y «se perdió gran cantidad de empresas» aunque «no tantas como esperábamos», lo que consideró «un aliciente en el marco tan trágico que se vive».
La presidente de la Delegación Entre Ríos de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Laura Hereñú, realizó en declaraciones al programa «Lo que Queda del Día» en Oíd Mortales Radio de Concordia, un balance del año 2024, al cumplirse el primer año del gobierno del presidente Javier Milei, que determinó la cancelación de la obra pública financiada por el gobierno nacional entre las medidas para combatir el déficit fiscal.
Hereñú admitió que podría decirse que la industria de la construcción en general se redujo a la mitad de un año a otro.
Definió que «la situación de la provincia de Entre Ríos es complicada. Se ha ido ordenando bastante desde el gobierno, tratando de ordenar los procesos, de reactivar de manera lenta y paulatina, pero hasta el momento seguimos teniendo esta misma realidad, que todavía no logramos desenmarañar para encontrarle la vuelta y que las cosas se pongan en marcha. Hay algo de obra que se ha generado, pero no es los volúmenes que generan trabajo», expresó.
Dijo que «ha sido, creo que para todos los sectores, un año extremadamente duro», pero consideró que «la construcción fue quizás uno de los sectores golpeados más fuertemente por la decisión de paralizar la obra pública de manera abrupta». Confió que «creo que la salida se viene construyendo poco a poco, pero todavía no se encuentra la veta».
Advirtió que las necesidades que hay en infraestructura nos atraviesan a todos los ciudadanos, desde un pequeño cordón cuneta que tiene una responsabilidad o un responsable último y un usuario último, hasta una ruta, un puerto, etc. Todo eso está atravesado por las obras de infraestructura que pueden ser públicas o de iniciativa privada y aquí quién la financia va a depender de cómo se arme el modelo».
Destacó que «claramente entendemos que el modelo hay que cambiarlo, hemos trabajado en esto, estamos trabajando en ver cuáles son las estrategias de las cuales va a salir una ley de iniciativa privada en la provincia, hemos participado de manera activa, entendemos que una ley de iniciativa privada es para grandes obras o concesiones, que por ahí no contempla quizás la realidad de las pequeñas y medianas empresas que tiene la provincia».
Y aclaró que «no estoy hablando de tan pequeñas, son pequeñas empresas para el volumen que se maneja en la construcción, pero por ahí una empresa que tomaba de 50 a 100 operarios hoy no está pudiendo trabajar».
TRAGEDIA EN LA CONSTRUCCION
«Como balance yo creo que se ha podido acompañar a las empresas en el proceso para que no cierren, hay algunas empresas subcontratistas, sobre todo, que en la provincia se han perdido», destacó.
Advirtió que «se perdió gran cantidad de empresas, pero no tantas como esperábamos y eso creo que ha sido un trabajo preventivo y un trabajo de ir pagando las deudas, así que eso es un aliciente en el marco tan trágico que se vive».
Remarcó que «no es que uno quiera sacar esperanza de donde no hay, pero realmente el panorama ha sido extremadamente duro. En cuanto a la obra privada, es lo que ha quedado vivo en este contexto y es lo que sostiene a la mano de obra que hoy está ocupada en la provincia», expresó y puso en números que «estamos en un 52% de mano de obra ocupada de lo que teníamos cuando terminó el año pasado, así que un 48% se perdió«.
Agregó que «yo creo que todo eso está en la mano de obra que es privada, en muchos casos con un deterioro, porque también se ha ido frenando» y además «creo que estamos en un metro cuadrado en la provincia muy poco competitivo», contextualizó.
Explicó que «las empresas no están pudiendo vender lo que se necesita, todos están por ahí invirtiendo con pie de plomo, entendiendo que es un contexto en el cual todavía no hay estabilidad en los precios, tanto de los insumos como en el precio final de venta del metro cuadrado. Así que esto hace que el sector privado también se resienta».
Sobre la falta de competitividad del metro cuadrado abundó: «hoy el metro cuadrado para salir a vender es extremadamente caro si uno realmente está en regla. Y en esto quiero ser muy tajante, quien construye en regla, quien paga sus impuestos, quien tiene la gente en condiciones, no logra un metro cuadrado competitivo», remarcó y advirtió que «quizás alguien en el mercado puede llegar a competir con algo más económico, quizás sin blanquear el personal, pero nosotros tratamos de resguardar que todos nuestros trabajadores estén inscriptos y que se pague todo lo que se tiene que pagar, porque realmente esto es una rueda económica. Quienes tienen que pagar todo lo que se completa, realmente no están teniendo un metro cuadrado competitivo y estamos extremadamente caros».
Sobre la actividad que registra el sector inmobiliario, consideró que «se ha movido vendiendo unidades usadas, que la gente ha ido en búsqueda para resguardar su patrimonio y con las unidades nuevas, como no tienen salida, como todavía no hay una expectativa de dónde se termina estabilizando un poco este mercado, la gente ha disminuido un poco el ritmo de obra y en otros casos ha no vendido y siguiendo invirtiendo con lo propio, pero a un ritmo muy lento».
cada provincia tiene realidades distintas, si uno piensa en la realidad de Neuquén, en la realidad de San Juan, de Catamarca, o la realidad misma de Santa Fe, donde la provincia ha generado bonos para poder pagar no solo la deuda, sino obra nueva en Santa Fe, lo mismo que Córdoba, estas colocaciones han permitido que la obra se reactive, y Córdoba prácticamente no perdió la mano de obra que tenía ocupada en uocra, y Santa Fe ha sido una pérdida muy poca, comparando para leer un poco en el contexto en el que estamos.
JUEGO SIN REGLAMENTO
Laura Hereñú, en declaraciones recientes consideraba que el gobierno de Javier Milei vino a cambiar las reglas de juego y de «estar jugando un partido de fútbol terminamos en una cancha de rugby», había expresado. Respecto de si se pudo conocer el reglamento de este juego nuevo, la presidente de la Delegación Entre Ríos de la Cámara Argentina de la Construcción, respondió que «no y claramente este es el gran problema que hay».
Reclamó que «las reglas tienen que estar claras para todos para poder jugar. Hoy no tenemos las reglas claras del juego: estamos sabiendo cuál es la cancha, estamos viendo que es una cancha diferente, estamos viendo que son formas distintas, pero claramente las reglas hoy no están», graficó.
Remarcó, no obstante, que «yo en esto insto mucho a las empresas constructoras a empezar a pensar en que uno tiene que transformar sus empresas y lamentablemente quizás antes donde éramos contratistas principales, quizás ya no lo seamos más. Pasemos de ser contratistas de una multinacional, a trabajar de subcontratista de otra empresa más grande»
Acerca de si en Entre Ríos las empresas constructoras eran obra-pública-dependientes, Hereñú respondió que «muy pocas» y reseñó que «de alguna u otra manera, ya en el 2015 cuando empieza el gobierno de Macri, todos empezaron a ver la necesidad de no depender 100%. Pero en estos últimos dos o tres años, uno sentía que era el lugar donde había que invertir, las inversiones más fuertes estaban ahí», en referencia al trabajo vinculado a las contrataciones con el Estado.
«Digo la inversión -continuó- porque muchas empresas, diría que casi todas, financiamos tres, cuatro meses, hasta que lográbamos hacer la rueda financiera para poder cobrar, porque había mucha demora del Estado para poder pagarnos y uno estaba con su capital propio pudiendo trabajar».
Lo Que Queda del Día le consultó por dónde imagina que va a venir la inversión para reactivar el sector de la construcción. Hereñú respondió que «hemos estado hablando con la gente de los bancos, hemos estado hablando con la Bolsa de Comercio de la provincia, que son colocaciones relativamente chicas para las inversiones grandes, y las inversiones grandes hoy esperan, a partir de la aprobación del RINI en la provincia, que empiecen a desarrollarse, que pueden estar puestas en las concesiones».
Precisó que «en la provincia salieron las dos primeras posibilidades de concesionar», en relación en un caso con la ruta nacional 14 y la ruta que va camino a Rosario. «Todavía está todo muy en veremos, hay algunas propuestas pero no se terminan de concretar. Insisto por esto mismo, porque la cancha todavía no tiene todas las reglas del juego», remarcó.
Y también es cierto que el sector financiero está un poco especulando en salir fuertemente. Entendemos que están líquidos pero que por ahí no están las garantías necesarias, que todavía no se sabe bien, en qué términos vamos a estar manejando las tasas, cuál es la confiabilidad que este gobierno va a tener. Bajamos la inflación, estamos con variables macroeconómicas relativamente sanas, el tema es esperar que estas variables duren en el tiempo.
EL ROL DEL ESTADO Y DEL GOBIERNO ENTRERRIANO
Respecto de cómo lo ve en este juego al gobierno de la Provincia, consideró que «el gobierno de la provincia está intentando ordenarse, este año realmente fue muy difícil para el gobierno de la provincia. Hay algunas cuestiones financieras muy diferentes a las de otras provincias, lamentablemente uno tiende a comparar quizás el riesgo que han tomado otras provincias como Santa Fe, Córdoba, pero obviamente tienen otros ingresos y otra estabilidad económica y nuestra provincia está en una situación bastante más vulnerable respecto del resto».
Advirtió que «el gobierno provincial no tiene posibilidades hoy de tomar un gran endeudamiento como se tomó en Santa Fe. Está la posibilidad de tomar algún endeudamiento, que no es un endeudamiento extraordinario como pueden haber tomado otras provincias, pero sí está la posibilidad y entiendo que para este presupuesto se va a tomar para poder continuar con la obra pública».
«El gobierno también es preso de esta misma realidad que tiene todo el sector financiero. Si las empresas para presentar un proyecto de iniciativa dependen de la mano del sector financiero, también se hace difícil», agregó.
Destacó igualmente hay obras de infraestructura en las que el privado no puede invertir, «no porque no quiera, sino porque son obras que no tienen un repago. Armar una obra de cloacas que tiene que ver con el saneamiento, con la salud de la gente, con el mejoramiento de la calidad de vida de todas las personas que puedan afectar en un barrio, es una obra muy difícil que tenga un repago de las personas».
«Entonces ahí claramente tiene que haber una intervención del Estado, porque también el Estado lo ahorra por otro lado, lo ahorramos en salud, lo ahorramos en situaciones que después hay que pagarlas o que el Estado termina gastando por otro lado», expresó.
Y lo vinculó que los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) a nivel mundial «y por eso el BID ha generado grandes créditos para este tipo de obras, pero muchas veces no son grandes obras que se puedan financiar con un crédito internacional y el gobierno provincial tiene que salir en auxilio de determinados sectores porque la situación es realmente compleja».
Fuente: Redes de Noticias