La Federación del Citrus dio a conocer la crítica situación de los productores, previo a una conferencia que realizarán la semana próxima las cuatro entidades que representan al sector en Entre Ríos. Indicaron que “queremos que el país sepa que nuestra citricultura agoniza, se está muriendo, que nuestros productores están desesperados y se sienten abandonados a su suerte”.
El próximo martes 1° de septiembre, a la hora 11, en Pellegrini 407 de la ciudad de Concordia, las cuatro entidades que representan al citrus entrerriano brindarán una conferencia de prensa. Fue convocada por FeCiER (Federación del Citrus de Entre Ríos), CECNEA (Cámara de Exportadores de Citrus del NEA), Asociación Citricultores de Concordia, Asociación Citricultores y Empacadores de Chajarí, Asociación Citricultores y Empacadores de Federación y Asociación de Citricultores Villa del Rosario.
En la oportunidad, las entidades presentarán un documento conjunto “en el que describen la crisis terminal que afronta el sector, hoy al borde de la extinción, a la par que solicitan al Estado Nacional la adopción de medidas de carácter urgente, que permitan recomponer la quebrada cadena de pagos y frenar las quiebras en trámite”, anticiparon.
“Los padecimientos del citrus han sumido en la angustia y la desesperación a las familias de más de 2000 productores, de alrededor de 40.000 trabajadores entre empleados directos e indirectos, y de cientos de proveedores de servicios e insumos”, precisaron.
Y señalan: “La citricultura se destaca por ser una actividad enraizada en la vida de las familias del litoral argentino. No es asunto de terratenientes ni de grandes superficies. El 80% es agricultura familiar pura, puesto que se desarrolla en superficies de 20 a 30 hectáreas, en parcelas tan pequeñas donde no es posible la rotación de cultivos, por lo que, si el productor no puede seguir con el citrus, se queda sin alternativas”.
La conferencia de prensa tiene como objetivo “hacer notar, especialmente al Estado Nacional, la gravedad de la situación y la impostergable necesidad de actuar antes de que sea tarde”.
A mitad del mes de Julio de 2015, la opinión pública fue conmovida por el testimonio de un citricultor, Ricardo Rigoni, que debió tirar 200 mil kilos de mandarinas de exportación. «¿Sabés lo que es tener que irte para que no te vean llorando los cosechadores? Esto te hace llorar. Ponete en el lugar de que te entren y te roben todo. Bueno, esto es lo mismo. Trabajás un año para nada», le dijo Rigoni a los medios.