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La monja Pelloni dijo en Parana que la joven concordiense victima de trata se fue del pais por las presiones recibidas  

Gustavo AlfonzoLa monja Martha Pelloni aseguró en Paraná que la joven concordiense que denunció a Gustavo Alfonzo -un personaje vinculado a los medios de comunicación y cercano a algunos políticos- como integrante de una red de trata y explotación sexual vinculada al poder político se fue del país por las presiones y amenazas recibidas. Alfonzo continúa detenido y se investiga a otros referentes políticos locales. 

“La compraron a la madre, la hicieron desdecirse y hoy la nena no está en el país”, dijo la monja Martha Pelloni. La nena de la que habla es una adolescente que hoy tiene 17 años víctima de trata y explotación sexual en fiestas privadas de las que participaban, según lo ha dicho, funcionarios, referentes de la política y empresarios entrerrianos.

El caso tiene al productor publicitario y locutor Gustavo Darío Alfonzo como procesado por el delito de trata de personas y detenido en la cárcel de Concordia. La imputación podría extenderse a otras jóvenes que ya declararon en sede judicial y dijeron que participaban de las fiestas privadas. En su momento se le dictó la falta de mérito respecto de una acusación por tenencia de estupefacientes y suministro gratuito para el consumo a una menor, pero luego se agregaron nuevas pruebas, y no se descarta que esta situación pueda cambiar.

Los nombres de otros funcionarios, referentes políticos locales e importantes empresarios han sido mencionados en el expediente, según publicó Página Judicial. Uno de ellos es el delegado del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), Fernando Rougier, quien declaró en agosto pasado como imputado por amenazas vinculadas a este caso. La persona que dijo haber recibido el mensaje intimidatorio es un tío de la víctima de trata y estaba dirigido a la madre de la joven. Pero Rougier fue sobreseído.

Hace un año, el 30 de octubre, una mujer se presentó ante la Subdelegación Concordia de la Policía Federal para denunciar que su hija de 16 años se encontraba desde hacía varios días en un dúplex en calle Monseñor Rösch 3523, departamento “B”, retenida contra su voluntad por alguien a quien identificó por su apodo de Pelado, bajo los efectos de estupefacientes que esa misma persona le habría suministrado. Dijo también saber que su hija habría sido amenazada, golpeada y sometida a abusos sexuales reiterados por muchos hombres en ese mismo departamento, en una quinta en Puerto Yeruá, y en otra que pertenece a un empresario que ha sido generosamente beneficiado por las licitaciones para obras públicas.

El Pelado era Gustavo Darío Alfonzo. Él mismo atendió a los policías federales y entregó a la joven cuando fueron hasta el departamento. Dijo que era su empleada doméstica y hasta firmó una constancia de que la adolescente efectivamente estaba allí.

Alfonzo fue detenido cinco días después. No se resistió, ni siquiera lo intentó. Pero en su teléfono celular quedaron registrados mensajes de texto que envió a referentes políticos de Concordia, funcionarios municipales, un senador y un alto jefe policial, pidiéndoles ayuda. Pero nadie le respondió.

El juez federal Pablo Seró lo procesó por el delito de trata de personas, en su modalidad de captación y traslado, de una menor de edad con fines de explotación sexual, y por el hecho de promover y facilitar la prostitución abusando de su situación de vulnerabilidad. El procesamiento fue confirmado y Alfonzo quedó a un paso del juicio oral.

Pero la Cámara Federal hizo además una serie de recomendaciones adicional: garantizar la protección integral y asistencia de la víctima, sobre todo por las vinculaciones que se le atribuyen a Alfonzo; y profundizar la investigación a fin de determinar si las otras jóvenes mencionadas como participantes de las fiestas privadas no eran también víctimas de trata.

Martha Pelloni está en Paraná para participar del IV Congreso de la Red Infancia Robada, este viernes y sábado, organizado por la Red de Alerta de Entre Ríos, y la consulta era inevitable. “Yo vengo y recibo lo que me dan; trato de ser expresiva y le doy mi apoyo a esa mamá que tenía que decir la verdad y no podía, y que buscaba alguien que la contuviera desde la Justicia. Eso es lo que traté de hacer mientras estuve acá… Lo que sí sé es que la compraron a la señora, la hicieron desdecirse y hoy la nena no está en el país”, le dijo a Página Judicial. “Aquí hay un corrupción institucional y política. Es grave”, agregó.

Fuente: Página Judicial

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