En calles Laprida y Avellaneda personal policial interceptó a un joven de 20 años ayer a la tarde y lo detuvo. El joven tiene prisión domiciliaria y sin embargo en plena cuarenta estaba en la vía pública. Terminó tras las rejas.
Es que tenía prisión domiciliaria vigente, mediante oficio, desde el pasado 14 de marzo, por una causa por robo en grado de tentativa y con acumulación de otras causas por intento de robos en vehículos.
El fiscal de turno dispuso su formal aprehensión y su posterior traslado a la Alcaidía.