Redes de Noticias

Las cifras de desocupación: una buena oportunidad para interpelarnos

Por Guillermo Pérez

Como un regalo de fin de año, el Indec difundió esta semana el resultado de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del tercer trimestre de 2021 que arroja un brusco descenso de la desocupación en Concordia en relación con el trimestre anterior: del 9,6 al 5,8% (-3.8%). Podría achacarse a la estacionalidad las diferencias, así que las comparaciones deben hacerse con el mismo trimestre del año previo.

Si se compara con el resultado de 2020, cuando era muy grande el efecto de las restricciones por la pandemia y la cuarentena, la caída es aún mayor: la desocupación de ese periodo fue de 11,7% (-5,9%). Para salvar el efecto de cuarentena, las comparaciones se hacen con 2019: ese año en el tercer trimestre la desocupación fue de 9,7%: la caída es de -3.7%. Todas estas reducciones de la tasa deberían ser una buena noticia ¿lo son?

Está dicho que el empleo en Concordia es eminentemente zafrero: según fuentes gremiales, entre 30 y 40 mil personas se dedican a la cosecha de citrus y arándanos en los meses en que se recogen esos frutos. Eso implica entre un 45 y 60% de los 67 mi concordienses estimados como Población Económicamente Activa (PEA). El resto se reparte entre empleados públicos, unos cinco mil empleados de comercio en las mejores épocas, empleados privados de otras áreas y cuentapropistas o empresarios.

Es entendible que con semejante proporción de zafreros, la estacionalidad tenga una alta incidencia.

Economistas que adhieren a la escuela clásica estiman que para el desempleo se reduzca en un 1% hacen falta 2 puntos de crecimiento de la actividad. Nos enfrentamos de nuevo a nivel local a la falta de datos para contrastar, pero una observación crítica echaría por tierra la posibilidad de que tengamos entre nosotros semejantes niveles de crecimiento. Y para hablar de rebote debería alcanzar con confrontar con 2019, donde este 2021 sale muy triunfante, que con una tasa de 5,8% va camino al pleno empleo, para estos mismos economistas.

¿No debería ser el empleo un reflejo de la actividad? ¿No debería ser la actividad un reflejo de la generación de riqueza? Con estos niveles de empleo, la ciudad debería rebosar de riqueza. La explicación que dan los funcionarios es que el trabajo en Concordia es mal calificado y mal remunerado y en consecuencia, buena parte de los asalariados están por debajo de la línea de pobreza y por eso teniendo muy buenos indicadores laborales tiene un 51% de su población en la pobreza.

¿Son muy buenos los indicadores laborales? La tasa de desocupación está por debajo de, por ejemplo, la de la Ciudad de Buenos Aires, un distrito con una tasa históricamente baja. ¿Seguimos festejando? Dos datos desalientan el festejo: por un lado la baja tasa de actividad de Concordia, (41,4%) que muestra que la porción de la población que trabaja o busca hacerlo sigue en los mínimos nacionales. De hecho, hay sólo cinco distritos de los 31 relevados, que tienen tasa de actividad más baja que Concordia. El otro es un dato relativamente nuevo que ha incorporado el Indec llamado “Estimación de la tasa de desocupación abierta y de sus respectivos coeficientes de variación”. Dentro de la metodología del Indec, sirve para esconder o transparentar de acuerdo quien lo mire situaciones de desocupación no incluidas en esa tasa. Para la medición de este concepto en la EPH se considera como “desocupados abiertos” a todas las personas de 10 años y más que no trabajaron en la semana de referencia, estaban disponibles y buscaron activamente trabajo (enviar curriculums, responder a avisos de diarios/internet, consultar a parientes o amigos, etc.) en algún momento de los últimos treinta días. Se incluyen dentro de este grupo a las personas disponibles que no buscaron trabajo, porque ya tenían trabajo asegurado y a los suspendidos sin pago que no buscaron porque esperaban ser reincorporados. El concepto de desocupación abierta no incluye otras formas de empleo inadecuado tales como personas que realizan trabajos transitorios mientras buscan activamente una ocupación, aquellas que trabajan jornadas involuntariamente por debajo de lo normal, los ocupados en puestos por debajo de la remuneración mínima o en puestos por debajo de su calificación, ni a los desocupados que han suspendido la búsqueda por falta de oportunidades visibles de empleo, etc. Estas modalidades son también relevadas en la EPH como indicadores separados.

El coeficiente de variación de Concordia para este índice es del 20% (en la mitad de la tabla nacional). Este coeficiente es más alto en las ciudades con menor desempleo y escasa actividad (como Santiago del Estero: 1,5% desocupación, 43,3% de tasa de actividad y 38,6% de coeficiente de variación para la desocupación abierta). En sentido contrario, el Gran Córdoba históricamente con baja desocupación hoy tiene un índice de 11,4%, un 50,2% de tasa de actividad y  un coeficiente de variación para la desocupación abierta de sólo 9,7%. Cuando menor sea el coeficiente de variación menor será la diferencia entre los datos observados y mejor representados estarán por su promedio.

INTERPELARNOS

Varios funcionarios salieron muy apresurados a celebrar la caída del índice de desempleo y adjudicárselo a la recuperación económica de la ciudad. La primera respuesta debería ser que para volver a algún lugar antes uno debió estar ahí. Concordia antes de recuperarse debe crecer. Usar todo su potencial laboral, empresarial, turístico y oficial.

Si fuera una ciudad pujante y trabajadora, como les gusta a algunos llamarla, no tendría los enclaves de pobreza que tiene. No estaría regada de barrios de viviendas sociales porque su población tiene dificultades para construir su propia casa.

Cuando los concordienses reconozcan la sutil diferencia entre el empleo y el trabajo, habrá una menor dependencia del Estado y el menor peso del Estado dará lugar a la virtud de la iniciativa privada.

En este 2022 que se avecina, vamos a encarar con Osvaldo Bodean, uno de los periodistas más influyentes de la provincia, un ciclo de entrevistas que arrancará con la sencilla consigna de ¿cómo se saca a Concordia del estancamiento?, como disparador de debates de ideas y propuestas para la ciudad. Está muy claro que además de los severos problemas estructurales que tiene Concordia, también tiene habitantes con un potencial gigante, tiene empresas, recursos naturales y condiciones geopolíticas. Ponerlas en marcha no es una tarea exclusiva de los sectores políticos y oficiales, es una obligación de todos. Feliz año nuevo.

Facebook
Twitter
WhatsApp