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Ley de Bases, sin lugar para relato / Emiliano Damonte Taborda

El Gobierno entra a la cancha en serio, y no es la primera, viene de perder bastante claramente en todas las serias que encaró. Una media sanción en diputados sería un paso fundamental, y finalmente poder sacar la ley de Bases y el paquete fiscal sería como una graduación. Del mismo modo un fracaso dejaría encerrado al Gobierno en un limbo extraño de tuits y declaraciones de Adorni desde el que no podría ejecutar algunos de esos cambios que este país necesita, y que constituyen el motivo principal por el que lo votó toda la gente que lo votó. 

Se discute la ley de bases y paquete fiscal en el Congreso de la Nación
Se discute la ley de bases y paquete fiscal en el Congreso de la Nación

Stop relato

El relato de la Casta ya fue, y de relatos tenemos las orejas llenas tras dos décadas kirchneristas, buscando ser delicados. Hay un esquema diario que parece ser más o menos el siguiente, Adorni se hace el ocurrente temprano sobre algún tema que suena o que es de interés para la presidencia y es replicado en redes por una estructura muy bien armada. Por la noche se comenta, se explica y se redirige desde medios más tradicionales, con Johnny Viale a la cabeza, que parece una maestra maoista explicandonos al soberano cada santo día de Dios.

Entonces, el relato ya no vale. Es un peligro enamorarse del relato y del efecto que este tiene en la caja de resonancia mediática que brillantemente armó este Gobierno (y lo digo sin ironía alguna).  Si Milei se enamora de las respuestas de Adorni, de los tuits, y de Viale y Fantino, corre el riesgo de terminar como Alberto Fernández cuando creyó que los 80 puntos de imagen positiva que obtuvo al principio de la pandemia se mantenían extendiendo la cuarentena. Es probable que haya llegado la hora de gobernar, y la ley de bases es el certificado de madurez política de este Gobierno. 

Es necesario hacer salir la ley y las reformas dentro del juego de la política, y no me vengan con el cuento de la Casta, porque para meter jueces en la Corte Milei no tuvo problema alguno en proponer a un operador judicial de la Casta para garantizarse a Mansilla. El juego lo sabe jugar, solo que le genera impotencia saberse débil, débil a pesar del 56% (que es 33% + 23% en realidad), débil a pesar del hartazgo general, débil a pesar de que baja la inflación, débil a pesar del tren fantasma sindical-campokirchnerista que acecha. 

Tres errores no forzados

El Gobierno cometió tres errores que tienen orígenes diversos pero que ya han marcado su gestión. Los tres no forzados, digamos. 

Desregulación de las prepagas: 

El Gobierno, fiel a su filosofía liberal le dio rienda suelta a los aumentos de la medicina privada, algo que todos hemos visto y sufrido, y los tipos hicieron exactamente lo que era esperable que hicieran después de años de soga al cuello, se fueron al carajo. Pero se fueron al carajo mal, y no en marzo, sino de entrada, y el Gobierno quedó en la situación de tener que intervenir un mercado que había liberado hacía media hora, o hacerse el boludo y esperar a que pasara. Y esperó un rato, pero el clamor de la clase media se hizo inocultable, y hubo que salir a matar a Claudio Belocopit, un ser que no me merece ninguna estima, pero que en este caso no hizo nada malo. Simplemente tomó todo el campo que le dejaron a disposición de una sola vez. El que se equivocó fue el Estado, que abandonó su rol de garante y regulador de manera brutal y sin evaluar los riesgos políticos que esto infería, engolosinado con su propio relato de popularidad. Y ahí salió corriendo Jhony Viale a mostrar números de los aumentos de las prepagas con fotos de Belocopit riéndose con Sergio Massa y todo, pero ya era tarde, el Mercado no tiene moral, debería ser una lección aprendida.   

Ataque a la UBA:

Otra vez engolosinado con el relato de popularidad que le muestran las encuestas, se dejó ir livianamente en un ataque ideológico a la educación pública argentina que encontró su cúspide en un tuit de Milei acusando a la UBA de adoctrinamiento en medio de un apriete presupuestario que le anunciaba una marcha en defensa de la educación pública. Fuera de tiempo y lugar el tuit. Se metió con una institución cuyo prestigio excedía sus expectativas y terminó alimentando una marcha que necesitaba un factor aglutinante para explotar como lo hizo, transformándose en una de las movilizaciones más impresionantes desde que Alfonsín habló en el obelisco en el cierre de campaña de 1983. ¿Las Universidades Nacionales deben ser auditadas? Por supuesto. ¿El sistema está limpio de corrupción y beneficiarios espurios? De ninguna manera. Pero quedó claro que la educación pública es tal vez el único punto en el que toda la sociedad argentina encuentra cierto acuerdo. Y fue en gran parte gracias a un tuit de Milei. Largue el twitter Presidente…

Nominación del Juez Lijo: 

La propuesta de Lijo para la Corte Suprema lleva guardados dos mensajes muy fuertes. Uno es una fuerte asunción de debilidad política que vuelve al control sobre la Corte Suprema un imperativo absoluto. Es como decir “soy débil políticamente y la Corte es el último puerto de las grandes decisiones, no voy a poder en el parlamento, voy por decreto y finalmente judicializo”. Algo que Rosatti no le permite con su doctrina de dejar que sea la política la que defina sus propios temas. Y el segundo mensaje que da, es que tan importante es tener control sobre la Corte, que está dispuesto a transar con lo más oscuro de “la Casta” proponiendo a un tipo reconocido como un operador judicial, un transero, un tipo con lazos con todos los sectores del poder político, y pagar así un verdadero “tributo” a la Casta. Se entiende la importancia, pero debería el Presidente evaluar atentamente las consecuencias a largo andar de estas decisiones, no es necesario enchastrarse de entrada de esta manera. 

Ahora mismo 

Mientras escribo se está tratando la ley de Bases en el Congreso. Pueda este Gobierno encontrarle la vuelta a las dificultades que le plantea este arranque de gestión y crear las condiciones para generar cambios que son impostergables, pero pueda también la oposición, dialoguista y menos, encontrar su lugar en esta historia como garantes de un equilibrio que nos permita crecer sin que se quede medio país por el camino. Milei representa a un 56% de votantes de los que un 23% lo votó solo en el ballotage, y del otro lado está el otro 44% Todos estos componen el mosaico de nuestro país, vejado y maltratado por décadas. 

Mientras tanto sigamos en la misma, la inflación aflojó pero se viene la primera factura de gas, así que a apretar las cachas. Saquemos sweaters livianitos, escharpes elegantes y medias gruesas para caminar en patas. El auto, poco y nada, servicios públicos con atención a la SUBE que se consume más rápido, ofertas siempre, no paguen cualquier cosa por nada, y todo esto esperando que el Gobierno empiece a alejarnos del Tren Fantasma y plantee los términos de la discusión en otro nivel 

Les auguramos solidaridad, empatía, respeto por la dificultad del otro, generosidad y paciencia, espíritu crítico que más no se pueda, ojos abiertos y equilibrio emocional

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