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Dólar soja: Massa confirmó que el viernes se termina

Emiliano Damonte Taborda

La devaluación dirigida que representó el dólar soja, cumplió con su objetivo abundantemente; a su conclusión nos encontramos con los mismos problemas que teníamos al comenzar, pero con algún dólar más en el Central; todas las dinámicas que llevaron a Massa a implementarlo siguen ahí, por lo que sin un cambio estructural el problema seguirá agravándose.

Todos los problemas que llevaron a implementar el dólar soja, siguen ahí
Todos los problemas que llevaron a implementar el dólar soja, siguen ahí

El dólar soja solo permitió ganar tiempo y disimular alguno de los problemas más urgentes como la falta de dólares del Banco Central; de ninguna manera fue una solución. La cuestión es que el tiempo ganado tiene sentido solo si se utiliza de manera inteligente, de otro modo el tiempo trabaja en contra, especialmente allí donde hay deterioro y falta de claridad.

Si algo deja claro la implementación del dólar soja, es que la economía argentina necesita devaluar. El cambio diferencial a $200 abrió una llave de oxígeno a los productores, pero mucho más que a los productores se la abrió al Gobierno, que se encontraba contra las cuerdas.

Hoy, al final del periodo previsto, las cuerdas siguen ahí, muy cerquita. Massa necesita definir muy rápido cómo hará para sostener esta calma mientras dura, con un atraso cambiario insostenible, con una inflación potenciada por la misma emisión que el dólar soja requirió, con menos confianza de los productores (buena parte de la jugó con sus peleas con Pesce) y sin haber usado el tiempo para modificar estructuras.

Personalmente creo que Massa algunas noches debe arrepentirse del paso dado. Es que no lo han dejado solo para salir delante de alguna manera, lo han dejado con todo el Gobierno alrededor y sin poder para cambiar estructuras. Está sufriendo lo que sufrió el Ministro Guzmán, pero con un poco más de correa.

Solo cuestión de precio, atraso cambiario

«El volumen de ventas evidenció que el problema no era de cantidades, si no de precio, cuyo tipo de cambio oficial se encuentra muy atrasado, quitando incentivos a liquidar. Todo fácil en un párrafo cortito.

Pesos, cuestión de confianza

Los pesos derivados de las ventas “queman”, por lo que los productores buscaron coberturas para ello ya sea mediante compra de insumos o MEP», expresó el economista Salvador Vitelli en una entrevista con Ámbito. Las subas de los dólares financieros en las últimas dos semanas, fueron una clara demostración de la desesperación que genera tener pesos en la mano. El dólar contado con liqui o CCL cerró el viernes a $312, tras subir casi $9 en la semana. En tanto, el dólar MEP aumentó casi $5 en cinco jornadas para ubicarse en torno a los $302.

Esta situación fue la que llevó a todos los “dimes y diretes” entre Massa y Pesce y todo indica que la presión al alza generada por el flujo de pesos proveniente de las ventas, no se atenuará hasta el final del dólar especial.

Según el economista, «el diferencial cambiario no fue gratis para el Banco Central si no que tuvo sus costos, con una emisión al 22/9/22 de un 17,2% de la base monetaria de principios de mes(…)” Se calcula que el BCRA emitió en torno a los $735.000 millones para mantener este esquema.

Con todos estos pesos dando vueltas, es inevitable que los dólares alternativos se recalienten, y de nada servirán probablemente que se haya tocado la tasa en pesos.

Empiezan a quedar pocas alternativas viables si no se corrige el tipo de cambio volviéndolo competitivo. La economía argentina volverá pronto a estar contra las cuerdas, más cansada, con menos confianza y sin margen de reacción, sin importar cuantos Superministros vengan en su ayuda.

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