El sábado de 1 de marzo el presidente Javier Milei dará comienzo a un nuevo período de sesiones ordinarias de la Asamblea Legislativa. La Asamblea Legislativa que se celebrará mañana sábado, una ceremonia de relevancia institucional en la que el presidente da inicio a las sesiones ordinarias del Congreso, promete convertirse en un acto oficialista.
Los bloques opositores más duros tendrán una representación mínima en un recinto que lucirá raleado aunque con todos los palcos y galerías colmadas de funcionarios y simpatizantes libertarios.
La decisión del presidente Javier Milei de designar en comisión y por decreto a Ariel Lijo y a Manuel García Mansilla como jueces de la Corte Suprema fue la gota que terminó por rebalsar el vaso de la tolerancia de buena parte de los bloques opositores. Los legisladores de Unión por la Patria –el bloque más más numeroso- le harán un desplante con su ausencia; así lo anunció José Mayans, jefe de los senadores peronistas. En Diputados harán lo propio. Los bloques de izquierda tampoco asistirán, informó La Nación.
En ese marco, el bloque de diputados de Unión por la Patria terminó de confirmar anoche que no asistirá a la Asamblea. Así lo anunciaron a través de un comunicado en el que afirmaron que “sobran los motivos” para ausentarse del encuentro legislativo que reúne anualmente a ambas cámaras del Congreso.
“A lo sumo podría concurrir una delegación mínima para acompañar a los gobernadores peronistas que eventualmente asistan. Pero es difícil que ocurra”, habían analizado en el bloque de diputados de UP horas antes de que se conociera la decisión.
Según trascendió la mayoría de los mandatarios del PJ no participará de la ceremonia de apertura de sesiones. Enfrentado a todo o nada con el Gobierno, Axel Kicillof no será de la partida, como tampoco Ricardo Quintela (La Rioja) ni Gildo Insfrán (Formosa). Tampoco darían el presente Gustavo Melella, gobernador de Tierra del Fuego, ni Sergio Ziliotto, de La Pampa. En tanto, los mandatarios peronistas más cercanos al oficialismo, Raúl Jalil (Catamarca) y Osvaldo Jaldo (Tucumán), optaron enviar a sus respectivos vices en su representación.
El argumento institucional de obligaciones locales y superposiciones de agenda arrojan desde gobernaciones cercanas al oficialismo y también de otras distantes, como la del rionegrino Alberto Weretilneck, que mantiene diferencias públicas con la Rosada aunque nunca corta el diálogo e inaugurará las sesiones de su provincia doce horas antes de que el Presidente haga lo mismo. En la misma sintonía se cuentan los patagónicos Claudio Vidal, de Santa Cruz; y Rolando Figueroa, de Neuquén, que no estuvo ni en la asunción presidencial ni en marzo de 2024.
Desde la Secretaría de Comunicación de Entre Ríos quedaron en confirmar a Redes de Noticias la presencia del gobernador Rogelio Frigerio en la Asamblea Legislativa, lo que todavía no ocurrió.
Frigerio estuvo esta semana que termina en varios despachos nacionales, entre ellos, el del jefe de Gabinete Guillermo Francos, lo que hace lucir como poco probable, en medio de gestiones en marcha, un desplante al Presidente ausentándose de la Asamblea Legislativa.
Hasta el catamarqueño Raúl Jalil y el tucumano Osvaldo Jaldo, los más cercanos a la Casa Rosada, pegarían el faltazo. El primero, recién regresado de India, adonde viajó para buscar inversiones para la extracción de litio, evalúa mandar a la vice. Como el sanjuanino Marcelo Orrego (ex JxC) y el salteño Gustavo Sáenz, tiene previsto participar de un foro minero en Canadá, adonde también se sumará el jujeño y radical Carlos Sadir. Jaldo tiene previsto inaugurar las sesiones provinciales, aunque no descarta estar en el Congreso. Hugo Passalacqua, de Misiones, también cercano a la administración libertaria, no estará en el Congreso, porque se recupera de una intervención.
El santiagueño Gerardo Zamora podría privilegiar la agenda local, pero ya hizo lo más relevante. Ordenó a sus diputados que acompañaran el proyecto para suspender las PASO y expusieron las diferencias en el bloque de UxP, que no pudo llevar una posición mancomunada.
Además de Sadir, el resto de los radicales también tiene dudas. El mendocino Alfredo Cornejo, que explora un acuerdo político con la Casa Rosada, encabezará la bendición de los frutos, el primer acto de la Vendimia y enviará a la vicegobernadora Hebe Casado, que semana atrás se reunió con Karina Milei. Cerca del chaqueño Leandro Zdero tampoco confirman su presencia.
El santafesino Maximiliano Pullaro sí tiene en agenda participar de la Asamblea. La mayoría de los gobernadores radicales, de todos modos, prestaron un servicio inconmensurable para que sus senadores trabaran la conformación de una comisión investigadora por el escándalo del criptogate.
El correntino Gustavo Valdés, jefe político de Eduardo Vischi, jefe del bloque de senadores de la UCR que puso su firma para que el proyecto sea tratado y votó en contra, estuvo este miércoles en Casa Rosada para reunirse con el jefe de Gabinete Guillermo Francos y con su segundo, Lisandro Catalán. Llevó reclamos por obras clave como la ruta nacional 117. El sábado no viajará a la Capital. Permanecerá en su provincia para inaugurar las sesiones locales.
Valdés no fue el único mandatario provincial que pisó Balcarce 50 al día siguiente de la designación de los jueces de la Corte y del embajador de Estados Unidos por decreto.
En su entorno, como en el de Ignacio Torres, de Chubut, enfatizan que todavía no recibieron ninguna participación de la secretaria general de Presidencia.
Claudio Poggi, de San Luis, y el cordobés Martín Llaryora sí tienen previsto -hasta el momento- participar de la asamblea que encabezará el Presidente.
Críticas y representación reducida
Las bancadas críticas del Gobierno, como Encuentro Federal y Democracia para Siempre, prometen estar presentes, aunque no en su totalidad. Los diputados provinciales de Innovación Federal anticiparon que concurrirán, al igual que la Coalición Cívica, pero no estarán todos.
“El sábado vamos a ir, junto a Miguel Pichetto, varios diputados del bloque. No tiene sentido pegar el faltazo y dejar al presidente sin la oposición crítica”, explicó el diputado Oscar Agost Carreño (Encuentro Federal).
En tanto, los diputados de Democracia para Siempre, que responden al senador Martín Lousteau y a Facundo Manes, solo estarán representados por una mínima comitiva “para demostrar su disconformidad con el constante avasallamiento institucional que ejerce Milei sobre los otros poderes del Estado”. Hasta ahora solo confirman su presencia el presidente de la bancada, Pablo Juliano, y la vicepresidenta, Marcela Coli.
Lousteau, en cambio, no dará el presente. “No asistiré a la apertura de sesiones, no voy a avalar con mi presencia las cosas que acaba de hacer el presidente porque no lo avalo para nada. Ya fui dos veces y lo que hacen es montar un mecanismo de barras en los balcones, de no dejar que ingrese el periodismo, de agresión permanente y de utilizacioón de las cámaras como les plazca, eso ya lo hacía el kirchnerismo y lo viví varias veces”, argumentó.
Los libertarios buscarán marcar el contraste con la asistencia perfecta de sus integrantes. Confían en que los bloques dialoguistas –Pro y UCR- les ayudarán a hacer número para que al menos el costado derecho del hemiciclo luzca colmado. De las galerías y palcos ya se ocuparon Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, y Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados; allí se apostarán funcionarios y militantes libertarios, encargados de darle un marco festivo a una ceremonia que, a todas luces, será atípica. No solo por el horario –arrancará a las 20 horas- y por la cantidad de ausencias anticipadas, sino también por las restricciones que, de manera inédita, se le impusieron a la prensa acreditada para realizar su trabajo.