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Murio la entrerriana que cumplio sus 119 años el mes pasado

Murió la entrerriana que cumplió sus 119 años el mes pasadoNatalia Reynoso nació en la localidad rural de Médanos, Departamento Islas del Ibicuy, el 27 de julio de 1900. Vivió la mayor parte de su vida en el campo. Trabajó en estancias y fue una de las pocas mujeres que se dedicó a domar caballos. Tuvo 9 hijos, de los cuales sobrevive uno. 

Desde hacía algunos años residía en Gualeguaychú. Primero, en el Barrio Munilla, donde un incendio la dejó sin vivienda. Estuvo un tiempo en Buenos Aires para finalmente radicarse junto a su hijo en el barrio del Hipódromo.

El 27 de julio había llegado a los 119 años de vida, ocasión que celebró junto a su hijo, nietos, bisnietos y tataranietos.

Su nieta Mirta había contado algunos de los gustos de la centenaria abuela. “Le gusta mucho comer carne, es uno de los platos preferidos de la abuela, que come sola y antes de hacerlo mira el plato para saber si tiene un poco de carne”.

La tatarabuela nació a la vera del tren en lo que hoy es la localidad de Médanos, poblado que se encuentra en el departamento Islas del Ibicuy, aunque en aquellos lejanos años la entonces Estación, y buena parte del sur del delta entrerriano, pertenecía al departamento Gualeguaychú.

Llegar al lugar era toda una aventura y una de las vías de comunicación las marcaba la vía del ferrocarril. Tiempos en el que los nacimientos en parajes alejados de centros urbanos no se documentaban.

Tal es así que Natalia tuvo su primer documento recién cerca de los 50 años, y nunca se encontró su acta de nacimiento.

Hace unos años, en base a una serie de testimonios, Mariano Bustamante (Registro Civil de Gualeguaychú), le entregó un nuevo DNI en donde se destaca que nació el 27 de Julio de 1900. Año en que ejerció la presidencia de la Nación Julio Argentino Roca del Partido Autonomista Nacional.

Ayer a la madrugada, cerca de las 5, Natalia Reynoso falleció. Será velada hasta el miércoles a las 9 de la mañana en el Cementerio Norte.

UNA VIDA DURA

Trabajó siempre en el campo, donde tuvo a nueve hijos, de los cuales solo vive Mario, con el que transcurre sus días en el barrio Hipódromo.

A Natalia le gustaba andar a caballo y era una de las encargadas de domarlos, lo que hasta hace muy poco tiempo era una tarea exclusiva de los hombres. También se desempeñó como puestera en una estancia. No fue a la escuela y muy pocas veces al médico.

Sus padres, Paula Gutiérrez y Pedro Reynoso, pasaron la barrera de los 100 años.

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