Pese a las diferencias públicas sobre la suba de retenciones a la carne, en la Secretaría de Comercio trabajan en un esquema de aumento gradual para los derechos de exportación que apunta a desacoplar precios internos de los internacionales. No se habla de liberar las trabas. El caso del aceite, los faltantes y los acuerdos para 2022
La idea de una suba de retenciones en alimentos como la carne para evitar que los precios se muevan al ritmo de la demanda internacional divide aguas. La semana pasada el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas se diferenció del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, mientras que desde la secretaría presionan al ministerio de Agricultura de Julián Domínguez por definiciones.
En el medio, Martín Guzmán arma contrarreloj un plan plurianual para presentar la semana que viene y busca afinar las políticas y alinearlas con la negociación que lleva adelante con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero el Gobierno se debe todavía definiciones internas y se busca generar una «mesa de desacople» para los alimentos como carne, trigo y maíz, entre otros. En ese marco, en Comercio preparan un esquema de suba de retenciones gradual para la carne para que sea considerado por los ministros, como una forma de ‘desacoplar’ los precios internos de los globales, en medio de un aumento de demanda de proteínas.
La suba de los precios ya empezó a llegar la semana pasada a las carnicerías y también se estudian paliativos como acuerdos para las fiestas y una canasta de cortes a precios populares. Pero los números que ve al Gobierno marcan que con 3,1 millones de toneladas de producción de carne, unas 800.000 van a exportación. Y el sector apunta a llevarlo a 1 millón de toneladas, lo que presionaría más los precios internos.
Según se pudo saber, se trata de un esquema que eleva las retenciones actuales para la carne, del 9%, a una primera instancia del 12% para después subir al 15%. Para un sector del Gobierno, es necesario bajar la relación entre lo que se produce y se exporta. El coeficiente de exportaciones de la carne hoy está en 25%, mientras que la media histórica es del 15%.
El plan que se prepara en Comercio detalla que se bajó de un consumo per capita de 55 kg en 2015 a un promedio de 47 kg. Son 8 kg de diferencia que, según el análisis oficial, incidieron en la derrota electoral, en medio de una baja de la capacidad de consumo general.
No se ha hablado de las trabas a la exportación de carnes vigentes y su futuro en un esquema de subas graduales de las retenciones.
La propuesta que quedará bajo análisis de los ministros de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura estipula un escenario de baja del coeficiente de exportación de carne al 20%, cerca del 22% que pretende Domínguez, con retenciones del 15%, que permite estabilizar la oferta para el mercado interno y acercarla a más a los 55 kg por año.
Hay «detalles» por pulir, como cuál será el tipo de cambio de liquidación para los exportadores, bajo la admisión de que el actual es bajo, y cómo quedará la relación entre retenciones y precio interno, cálculos que todavía están en elaboración. Incluso el plan argumenta incentivos para Guzmán y el FMI: permite generar más fondos para asegurar el pago de deuda, ya que agregaría unos u$s 42 millones extra al año a la recaudación.
Faltante de aceite
Por otra parte, Comercio negocia con la cadena aceitera la actualización del nuevo fideicomiso para el sector y busca subsanar los faltantes en góndola. En líneas generales, los acuerdos de precios se cumplen en un 80% pero en el caso del aceite el abastecimiento baja al 55%.
Por ese motivo, el Gobierno se reunió con los representantes de Ciara-CEC, aceiteros y exportadores, para analizar dónde se producen los faltantes, si hay acopio, y para garantizar precios, porque los u$s 190 millones del fideicomiso se estaban agotando.
Por el lado de los precios, las empresas se comprometieron a aumentarlo en un u$s 28 millones, con lo que llega a los u$s 208 millones y asegura el cumplimiento hasta fin de enero. Mientras que en cantidades, el Gobierno envió los informes de desabastecimiento al sector, que los analizará para encontrar los agujeros negros, ya que aseguran que la provisión al mercado interno se mantiene.
Nuevos Precios Cuidados
La salida del congelamiento de precios busca ser acordada y para eso el Gobierno apunta a generar una canasta de 1200 a 1300 productos para enero de 2022 en supermercados pero también en comercios de cercanía, por lo que se negocian los márgenes con supermercados chinos y almacenes, entre otros.
El Gobierno seguirá con el control de precios, pero dice que estarán «consensuados» y no «congelados»
Ya sin congelamiento, la nueva canasta, en tanto, busca estar atada a las variaciones del nivel de ingresos y apunta a bajar los niveles de indigencia, atada a la canasta básica alimentaria. Para llegar a un acuerdo con las alimenticias, habrá cambios en la composición actual de Precios Cuidados+ y se afinarán algunas categorías.
Las empresas pidieron dejar afuera a los productos premium y cambiar algunos bienes. El Gobierno accedió a esas modificaciones y busca una canasta que sea representativa del consumo argentino para que funcione como referencia.
Fuente: El Cronista