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Política: todos cuestionados – Por Emiliano Damonte Taborda

Abarcar la realidad es una pretensión absurda, es más o menos como hablar en nombre de la verdad. Me es imposible, por formateo mental, dejar de ver los eventos en movimiento, así se verifican en la realidad y así, tras el paso del tiempo, los acomodará la Historia. El fin de semana electoral fue un shock para el país, un freno al exceso que debe ser interpretado como tal y no sustituido por otros excesos.  

Urna electoral

 

Resultado electoral

Relato y más relato

La primer continuidad que percibí entre el Gobierno de Fernández, Fernández, Massa y el de Javier Milei fue el del relato. El Kirchnerismo ha sido una usina de relatos descomunal, un relato muchas veces de pésima calidad que fue usado como cortina para cubrir sus miserias. Pensé que con con la salida de Alberto Fernández la era del relato habría encontrado su fin, pero en cambio éste se potenció y se terminó de vaciar de significado. Si el relato Kirchnerista era “un buen título y una bajada que apele al sentimiento”, el relato libertario es “solo un pésimo título”. 

 

Sin plan

Otra de las continuidades fue la falta absoluta de un plan, pero más aún, la ausencia de una idea rectora que permitiera desarrollar un plan. Recuerdo a Alberto Fernández jactándose de no tener un plan, mientras ahorcaba al país con el aislamiento eterno que le dio por algunas semanas la impresión de ser un líder mundial.
“Francamente, no creo en los planes económicos. Creo en los objetivos que nos podemos fijar y trabajar para conseguirlos.”
— Alberto Fernández en una entrevista con el Financial Times (julio de 2020)
 
Pero también recuerdo a Milei hablando con la revista TIME y buscando explicar verbalmente un eje cartesiano con dos rayitas que según él representaban el complejísimo comportamiento de una economía que estaba siendo ahogada y un país que entraba en parálisis y debía, por el poder de la palabra, arrancar de nuevo. 
“Lo que vos empezás a ver es que la economía está rebotando fuertemente. […] Si tenemos que graficarlo, sería como acá en la V corta. Estamos atravesando la punta de la V corta.”
—Javier Milei a la revista TIME  (Abril 2024)
 
El horno no está para bollos
Con los Bancos calientes por los niveles de encaje, el dólar al rojo vivo, sin haber podido acumular reservas salvo tomando deuda, con el Campo agobiado por las retenciones y desilusionado por las promesas incumplidas, la Industria pesada en crisis, las Pyme que no encuentran respiro, el Parlamento que le dió la espalda finalmente tras dos años de destratos, los Gobernadores en pie de guerra porque les quisieron hacer pagar el ajuste; la Corte Suprema que no le deja pasar una, la estafa de Lybra sin aclarar, las denuncias de corrupción por los fondos del Andis. ¿Creía Milei que alcanzaría con el poder del verbo para teñir a la Provincia de Buenos Aires de violeta?

Un límite

Encontró un límite que tiene el desafío de comprender, y no me ruborizo al decir que nada indica que este Gobierno sea capaz de aprender algo del camino recorrido. El peronista votó al Peronismo y el votante cautivo del PRO votó a quien creyó mejor votar, no ratificando en las urnas el acuerdo que sus dirigentes hicieron en el escritorio. Todos deben aprender de esta elección, incluso el exultante Kicillof que está levantando el perfil y ya salió a explicar cosas como la caída de las acciones argentinas con su retórica indescifrable y desacreditada mundialmente. 
Buenos Aires es relevante, pero no es todo el país. Habrá que ver que expresan las urnas en octubre, aunque es verosímil pensar que LLA hará una elección en el tono que mostraron Corrientes y Buenos Aires. Por ahora la reacción de la Casa Rosada ha sido tibia y contradictoria, decepcionante. Pullaro (Santa Fé) y Saénz (Salta) ya le dieron la espalda a la búsqueda de diálogo del Gobierno, una búsqueda que llega sólo después de la paliza electoral del domingo; el PRO ya está velando la alianza y son muchos los que hablan de quiebre definitivo.

Realidades

El mundo de tuits y relatos muy breves (incluso de una sola palabra: FIN) que fundamentalmente compone el relato libertario, empieza a chocar contra la realidad material de un país fragmentado y una economía estancada. La realidad material es lo único más poderoso que un relato, incluso que uno bueno, imaginemos este. 

El mapa político que dejarán las elecciones de octubre será el que deberán usar las fuerzas en pugna para empezar a ponerse de acuerdo y encontrar una salida concreta para la gente, que empezó a decir “basta”. Tal vez sea hora de presentarle al votante algo más pensado en función de la realidad material de este país y de la vida real de sus ciudadanos. Algo que les lleve a los cráneos un rato más que el que necesitan para repartirse el poder; algo más elaborado que cerrar organismos y desfinanciar políticas; algo que contemple que la gente sigue con su vida mientras ellos hacen experimentos berretas; algo que muestre que entienden que el desarrollo requiere estructura; algo que evidencie que entienden que la vida de un país no es una eterna campaña electoral y que sus ciudadanos no son simple mercadería electoral y que una persona se revela más que nunca en el trato que le da a los más débiles. Creo que no es tiempo de encocorarse y salir a cantar victorias desde la gayola, y que todos, pero todos, están cuestionados.

Salutación

Por eso hoy más que nunca amici miei, incomodidad, espíritu crítico, acidez estomacal, que se les rompa el sillón, el banquito o la reposera (siendo invierno que se les vuele el poncho), les auguro dolor de ancas e inflamación del ciático para que no se queden tranquilamente sentados en los miedos del pasado, los relatos del presente y las promesas del futuro, y más que nunca: solidaridad, empatía, respeto por la dificultad del otro, generosidad y paciencia, espíritu crítico que más no se pueda, ojos abiertos y equilibrio emocional, les augura El Aguijón.
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