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Que dejan las elecciones en Entre Rios: una treintena de derrotas para Urribarri en todas direcciones

(Por Jorge Riani, publicado por www.análisisdigital.com.ar)

El gobernador Sergio Daniel Urribarri, aquel que soñó con ser presidente de la Nación, perdió varias elecciones este domingo. Una decena de candidatos bendecidos en los departamentos probaron el amargo sabor de la derrota y por eso ahora Gustavo Bordet deberá gobernar con un Senado en manos de la oposición. Urribarri quiere ser ministro de Sioli, pero no pudo asegurarle un triunfo al Frente para la Victoria en la categoría de presidente. Es que en la comarca de Urribarri ganó Mauricio Macri (287.704 votos: 37,82%) frente a Daniel Scioli (286.020 votos: 37,60%). La presidencia, una docena de intendencias, una decena de bancas en el Senado son lo que vio escaparse de las manos al Frente para la Victoria en la provincia. El armado local fue obra exclusiva y excluyente del mandatario saliente ¿Le pedirán explicaciones al entrerriano sobre el desempeño en territorio propio?

 

Sergio Urribarri fue el armador del esquema que viene de participar en las elecciones. Fueron sus jugadores el gobernador electo Gustavo Bordet; la candidata derrotada en Blanca Osuna. Urribarri hizo y deshizo. Tejió y destejió. Subió a uno, bajó a otro, pidió el voto para Blanca Osuna, a quien le aportó un spot de dudosa efectividad que habla de que “en Paraná te chocás con las obras”. Luego se retiró a hacer su propia campaña para ser ministro del Interior de Daniel Scioli. Hoy Scioli, como también Mauricio Macri, no tiene nada seguro. Esa es la certeza: no hay certezas.

Lo cierto es que a Scioli no le alcanzó la apetencia de cargo que tiene Urribarri para ganar en Entre Ríos. Es que en Entre Ríos ganó Macri. ¿Cómo explica el gobernador entrerriano que su delfín provincial ganara arañando, pero que su candidato presidencial perdiera en el territorio que se supone que domina? Eso debe dejar mal parado al entrerriano de cara a quien podría ser su jefe en un hipotético futuro gobierno.

Hace meses que se sabía que Blanca Osuna no contaba con el respaldo del caudillaje local, y por lo menos un mes que constituía un secreto a voces que los candidatos del Frente para la Victoria en distintas categorías armarían un combo de boletas que incluían a Sergio Varisco, en detrimento de la actual y saliente intendenta. A esto no lo escribimos con el diario del lunes; lo dejamos asentado en la edición de la revista ANÁLISIS de la semana anterior a los comicios.

Queda la sensación de que el Frente para la Victoria tenía mejores candidatos para Paraná. Por ejemplo Adán Bahl, que –dicen– sabiendo que no sería candidato bendecido a gobernador quiso postularse para intendente de la capital entrerriana de modo de poder armar su futuro político de cara a un desembarco en la Casa Gris. Sin embargo fue un úkase de la Casa Rosada el que bendijo a la intendenta Blanca Osuna. Y Urribarri que aceptó callado porque su idea estaba puesta en otro objetivo: un objetivo personal, un cargo en la Nación, algo.

Para Sergio Varisco, dicho por él, Bahl hubiese sido un candidato más difícil de vencer. El éxodo de dirigentes peronistas a la lista del radical fue una señal clara que el oficialismo no quiso o no pudo ver. Entonces, como manotazo de ahogado, los estrategas de oficialismo lanzaron una campaña desmesurada de desprestigio personal contra el ahora intendente electo a quien acusaron poco menos que de narcotraficante. Para eso parcializaron un artículo de prensa que dejaba afuera las partes más incómodas para el oficialismo. No dijeron nada del narcochofer de la Casa de Gobierno, sino que hicieron un colage antojadizo e interesado.

No ha sido novedosa la estrategia de meter el tema de la droga en la campaña: antes probaron ese método contra el contrincante interno Gastón Grand. Hay que recordar que le endilgaron que en una caminata del entonces precandidato a intendente que disputaba contra Blanca Osuna, había filtrado dos narcotraficantes en el barrio Lomas del Mirador. Sin ruborizarse, hablaron de narcotráfico en los barrios como si el gobierno municipal o provincial nada pudiera hacer con esa realidad. Pero lo más insólito es que a las horas se probó que esos dos narcos estaban presos, uno en Paraná y otro en la cárcel de máxima seguridad de Gualeguaychú, a la espera de un juicio que comenzaba ese mismo día de la caminata. Burdo, muy burdo.

Si al oficialismo tanto le preocupa la presencia de narcos en actos políticos, deberá decirse que se adeuda una explicación sobre las fotos en las que se ve al gobernador y a la intendenta de Paraná junto a condenados narcotraficantes de Paraná. De esa imagen se poblaron las redes sociales.

Decíamos que al mismo barro quisieron llevar a Grand: el viceintendente que quiso competir en igualdad de condiciones con Osuna. Estaba claro que en el Frente para la Victoria de Paraná había hijos y entenados. En otras ciudades sí permitieron abrir el juego de internas con argumentos contrarios a los que se daban para negarle esa posibilidad al viceintendente paranaense. Y ese armado fue responsabilidad de Urribarri.

El gobernador se dedicó a visitar departamento por departamento para levantar brazos y bajar pulgares. Urribarri cosechó muchos enojos internos. Hoy, la realidad de los resultados indica que Gustavo Bordet deberá gobernar con un Senado adverso, es decir en manos de la oposición.

Urribarri no queda bien parado con estos resultados. Perdió la candidata que empecinadamente mantuvo en juego, pese a haberle quitado todo respaldo a los contrincantes internos. Su delfín llega arañando al triunfo y tendrá un Senado en manos de la oposición. Su repentino referente nacional, Daniel Scioli, perdió en el territorio entrerriano. El escenario no es el más cómodo para un gobernador que soñó con ser presidente y que el domingo cosechó una batería de derrotas.

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