En un local lindero a la Terminal de Ómnibus de Gualeguaychú, un delincuente que actuó solo extrajo dos armas para amedrentar al comerciante, pero golpeó las armas entre sí y el sonido a plástico lo delató. La víctima disparó la alarma y el fracasado ladrón debió emprender la huida.
Alrededor de las 22, un joven de 27 años ingresó a un kiosco sobre avenida Artigas, vestido con bermudas, buzo, gorro, guantes de albañil y una bandana en el cuello. El kiosquero, de 22 años, contó que el delincuente le pidió una carga para el teléfono celular, pero cuando le pidió el número comenzó a titubear. «No era claro, ahí ya noté algo raro. Le volvía preguntar y seguía diciéndome el número de forma confusa», señaló.
El kiosquero seguía insistiendo y notaba que su cliente se incomodaba cada vez más, mostrando un nerviosismo poco habitual para una persona que solo iba por una carga telefónica. Hasta que en un momento determinado se cansó de repetir el número y sacó de su cintura dos armas de fuego.
«Esto es un asalto», fue lo que dijo el delincuente ante la mirada atónita de su víctima, que de inmediato notó algo extraño en las armas con las que lo amedrentaba.
«Un arma estaba rota, con un hueco en el percutor y se veía el plástico. Ahí casi me tiento. Me quedé mirándolo y él me decía ‘dame toda la plata’. Agarro 100 pesos y lo llevo hasta la esquina del mostrador y cuando le muestro la plata golpea las armas y suena el plástico. Me río y hago sonar la alarma y le grito ‘ahí viene la Policía’, y me dice ‘yo tengo que darle de comer a mis hijos’ y se fue enojado», relató el kiosquero que todavía está sorprendido por la modalidad del intento de robo.
La Policía obtuvo la filmación y le exhibió una galería fotográfica al comerciante, que no reconoció a su atracador. En principio, el delincuente estaría identificado, aunque según confió la víctima, nunca lo había visto.