El Banco Central (BCRA) volvió a generalizar la restricción cruzada que impide operar simultáneamente en el mercado de cambios oficial y en los dólares financieros. La medida ya estaba vigente para directivos y gerentes de empresas financieras, pero ahora también para «personas humanas», lo cual en los hechos refleja cierto endurecimiento del cepo cambiario.
A través de la comunicación «A» 8336, el BCRA determinó que, a partir del 26 de septiembre, cuando una persona o empresa quiera comprar dólares al tipo de cambio oficial, deberá firmar una declaración jurada comprometiéndose a no comprar ni vender dólar MEP o CCL durante tres meses.
«En todos los casos, la entidad deberá contar con una declaración jurada del cliente en la que deje constancia que se compromete a no concertar, de manera directa o indirecta, compras de títulos valores con liquidación en moneda extranjera a partir del momento en que requiere el acceso y por los 90 días corridos subsiguientes», fue el textual de la autoridad monetaria.
Hace apenas una semana el Central había establecido la misma restricción para accionistas de empresas con participación mayor al 5%, directores de las mismas, síndico o integrantes del Consejo de Vigilancia, y/o parientes cercanos a las personas mencionadas anteriormente.
Según fuentes del mercado, esto estuvo dirigido fundamentalmente a directivos de sociedades de bolsa que, al contar con grandes patrimonios y cuentas en el exterior, podían estar poniendo sus propios CUIT para el «rulo», a través del cual muchas personas estaban comprando dólares al tipo de cambio oficial y luego con esas divisas generaban oferta en los financieros, maniobra que le permitió a varias compañías cancelar deuda a un tipo de cambio muy similar al mayorista.
Un reflejo de este arbitraje es que, desde la flexibilización del cepo en abril, el 47,5% de la Formación de Activos Externos (FAE) se dio por operaciones contra cuentas del exterior.
Previo al reciente salvataje del gobierno de Estados Unidos, un informe de PxQ había advertido que el Gobierno se iba a encontrar ante serias dificultades para defender el techo de la banda, “puesto que el precio del dólar paralelo no funciona como válvula de ajuste” y “en una situación de corrida, los u$s14.000 millones del FMI no solo deben enfrentar la demanda encepada en el oficial, sino también la demanda libre en el paralelo”.