Fue el corolario de una investigación de la División Robos y Hurtos. En el allanamiento, aprobado por el fiscal Martín Wassinger y ordenado por la jueza Marina Barbagelata, se incautaron autopartes robadas en la capital provincial.
Durante los últimos tiempos, muchos hechos delictivos no llegan a ser noticia en los medios, pero sí van acumulando cifras en las estadísticas en las planillas policiales y llegado un momento comenzaron a generar preocupación. Sorprendentes robos de parabrisas en autos estacionados, ruedas, y hasta autos enteros que aparecen luego desguazados.
Desde que a inicios de este año el comisario Carlos Schmunk se hizo cargo de la División Robos y Hurtos, se propuso cumplir con las directivas del nuevo jefe de la Policía entrerriana, Gustavo Maslein, de terminar con algunas bandas que cometen organizadamente determinados delitos relacionados con automotores y con quienes proveerían de dinero a aquellos que desde la ilegalidad hacen de esto un medio de vida.
Por ejemplo, automóviles que son robados de cualquier lugar de la ciudad y que a las pocas horas aparecen en lugares inhóspitos, pero desprovistos de parabrisas, ruedas, relojería de tableros y algunos repuestos fáciles de retirar de los motores.
La pregunta era si se estaba ante un mercado negro de autopartes y de ser así, si se encontraba en Paraná y dónde. Sabido es que para ejercer el comercio de autopartes usadas se debe contar con una habilitación especial y con comprobantes de la compra de cada pieza, haciéndose constar la procedencia y de tratarse de partes especiales, como carrocería, motores o vidrios, las numeraciones oficiales pertinentes y los comprobantes de la baja del vehículo del cual fueron extraídas, amén de las exigencias que AFIP tiene para estos rubros.
Ante el encarecimiento de los precios de los repuestos e incluso, ante la faltante de muchos de ellos que provienen de la importación, el negocio de sustituir por un recambio de segunda mano ha proliferado.
Lamentablemente esto ha incidido también en la faz delictual y provocó que desde la Dirección de Investigaciones se encomendaran tareas de Inteligencia para llegar a detectar lugares de acopio o compra de estos elementos a proveedores ilegales.
No existe lugar que los mecánicos o los autopartistas no conozcan y cuando la competencia es fuerte, los datos no tardan en llegar a oídos de los investigadores.
ALLANAMIENTO
Fue así que en horas de la tarde del miércoles último, personal de la División Robos y Hurtos, dependiente de la Dirección Investigaciones, tras elevar sendos informes sobre situaciones anómalas en supuestos talleres, dio cumplimento a cuatro mandamientos judiciales emanados por la jueza de Garantías Marina Barbagelata, a los que se sumó la presunta relación con distintos hechos delictivos puntuales ocurridos en esta ciudad por la sustracción de vehículos, tanto autos como motos y camiones, los cuales posteriormente y en el caso de algunos de ellos, son localizados con la faltante de algunas de sus partes.
A partir de esas denuncias y a través de una investigación llevada a cabo por la Unidad Fiscal a cargo de Martín Wassinger y personal policial se procedió a allanar un predio ubicado en zona de Avenida Zanni y Crisólogo Larralde.
Según informaron a EL DIARIO fuentes policiales, lo que por fuera presentaba ser un taller mecánico, resultó ser en parte un lugar que funcionaba como desarmadero clandestino, para lo cual no tenía la habilitación correspondiente.
Una vez en el interior, por disposición de la Justicia se procedió al secuestro de todas las autopartes, quedando algunas depositadas en dicho galpón en calidad de depositario judicial recayendo la responsabilidad en el propietario. Las partes de los vehículos que fueron trasladadas por personal de la División Robos y Hurtos fueron un total de 244 entre parabrisas y lunetas –vidrios traseros– con numeración grabada, siete volantes y dos frentes de tablero, quedando depositados estos elementos en el destacamento policial de La Picada.
OPERATIVO
El propietario del lugar, ofuscado por semejante operativo, convocó a un abogado en el lugar del procedimiento, que se extendió hasta altas horas de la noche del miércoles. No obstante, tras consultarse las vías judiciales pertinentes, la respuesta contundente fue que el personal policial prosiga con la tarea encomendada.
