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Sobreactuando antiperonismo, Azcué se arriesga a alejarse de sus fuentes

Columna de opinión

Guillermo Pérez

Francisco Azcué ya tiene su lugar en la historia grande de Concordia. Tiene en su poder el diploma de haber liderado el movimiento que interrumpió 40 años de gestiones peronistas en la ciudad: con él dejó de ser la «Capital del Peronismo» ¿es esto un activo per se?.

Con 36 años y en su primera postulación política, Francisco Azcué protagonizó lo que en las carreras artísticas se llama «una revelación». Fue el candidato más votado en las elecciones primarias (las desaparecidas PASO), con 14.742 votos, frente al primer ganador de la interna del PJ, Ángel Giano, que logró 11.822 a quien el recuento definitivo dejaría en segundo lugar, detrás de Armando Gay. No obstante, partido contra partido, el peronismo consiguió confirmar su predominio, por una diferencia de 11.644 votos: los precandidatos peronistas sumaron 41.181 votos y los de Juntos por Entre Ríos 29.537. Algo pasó entre las Paso y las elecciones generales que muchos de esos sufragios se cruzaron de vereda y respaldaron a Azcué para derrotar al peronismo concordiense.

En las elecciones generales, Francisco Azcué como candidato de Juntos por Entre Ríos, obtuvo 39.535 votos (un 44,37%) y Armando Gay 33.968 votos (37,42%). Eduardo Beswick, de La Libertad Avanza, quedó en tercer lugar, con 16.722 votos (un 18,2%).

En las elecciones previas, en 2019, Enrique Cresto consiguió la reelección con 48.112 votos cuando Alberto Fernández ganó la presidencia encabezando la fórmula que incluía a Cristina Fernández de Kirchner. Roberto Niez, candidato a intendente de Cambiemos consiguió 32.449 votos.

Así, en octubre de 2023, Concordia dejó de ser el «bastión peronista». ¿Significa que Concordia dejó de ser peronista? ¿Tuvo alguna incidencia la interna mal saldada del peronismo en la elección de Azcué? ¿Qué pasó hacia dentro de la Municipalidad una vez definida la interna peronista? ¿Tuvo incidencia la imagen del candidato peronista? ¿Se gana Concordia sin el voto peronista?.

Concordia tiene unos 90 mil electores, a grosso modo. La «familia municipal» (los más de 3 mil empleados municipales y su círculo familiar), representa más del 10% del padrón. Con una Población Económica Activa que apenas supera las 60 mil personas (entre las que se incluye a la familia municipal), la proporción electores/dependencia del Estado es abrumadora a favor de una relación clientelista. En este contexto, concluir que el impulso que llevó a Francisco Azcué a la intendencia de la ciudad es el resultado de la convicción de una comunidad que entendió que la solución pasa por reducir el peso del Estado y priorizar la libertad de mercado para que la competitividad y la productividad allanen el camino hacia el desarrollo es, por lo menos, ingenuo.

Puede ser cierto que los votos no tienen dueño, pero es poco probable que un electorado cambie tanto de la noche a la mañana. Ni siquiera de una elección a otra. Es más probable que las circunstancias ubiquen a alguien de mejor manera en un momento determinado.

Establecido el contexto, ¿a quién le habla Azcué cuando exacerba su antiperonismo? ¿en qué estrategia se inscribe desempolvar la auditoría en el comienzo de la campaña electoral para pedirle a Fiscalía que investigue si hubo irregularidades en la «gestión anterior»?.

Para irritar un poco más los ánimos, cuando se inaugura la ampliación y remodelación del Aeropuerto además de omitir las referencias a la trascendencia de la obra de una gestión a otra, quedó la sensación de un intento de apropiación cuando dijo que el gobernador «tuvo un sueño, una visión cuando comenzó a gestionar el crédito ante el BID hace muchos años cuando era funcionario del gobierno nacional».

Y como postre, al anunciar una inversión de la Municipalidad de 200 millones de pesos con recursos propios para mejorar la provisión de agua potable en la temporada estival en barrios del noroeste de la ciudad, la gacetilla municipal comienza con el posteo en las redes sociales del intendente en el que, en tono electoral, asegura que «La falta de planificación y de inversión en infraestructura básica durante décadas en Concordia generó que muchos barrios de la ciudad aún no cuenten con la provisión de agua potable necesaria». Errados el lugar y el tono.

Francisco Azcué tiene mucho para mostrar en sus casi dos años al frente de la Municipalidad: ha cambiado paradigmas en el manejo de la cosa pública, ha modernizado y transparentado procesos y establecido niveles de profesionalización en la gestión que lo trascenderán. Logró una eficiencia en el manejo de los recursos, que le ha permitido sostener los niveles de operatividad de la comuna, pese a la enorme restricción de gastos. Junto con las bases para el cambio del paradigma productivo, estos elementos serán parte del legado que pasada la mitad de su gestión tendrá que dialogar de manera cotidiana con sus vecinos, a quienes tendrá que pedirles el voto para la etapa siguiente.

Pero así como en 2024 en su momento dijo que el ex intendente Cresto debía ser parte del diálogo interinstitucional y político para el nuevo pacto de convivencia de la ciudad, el año que viene tendrá que hablarle de nuevo al peronismo para convencerlo de que vale la pena seguir apostando por un modelo de acuerdos y de sinergias.

Alguien cercano al intendente, aseguró que Azcué es dueño de una particular perspicacia para leer los tiempos políticos y de una gran audacia para encararlos. Estas virtudes y los votantes lo llevaron adonde está hoy. A ninguno de estos debe dar la espalda.

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