LA MUNICIPALIDAD DE CONCORDIA PODRÍA SER EL PROXIMO DESPACHO DEL GOBERNADOR
En la carta abierta en la que el gobernador Sergio Urribarri anunció que abandonaba su precandidatura para la presidencia de la Nación, queda la incógnita respecto de su destino político.
La única certeza que ofrece es que “Pertenezco a este proyecto y seguiré trabajando desde el lugar en el que sea necesario”.
La respuesta de estilo desde el oficialismo es que el gobernador ahora está a disposición del proyecto y a la expectativa de ser convocado por la Presidenta, que es quien conduce, para ocupar el lugar donde mejor sirva al proyecto.
Pero cuando se apagan los grabadores, se reconocen las especulaciones para definir el nuevo tablero político provincial.
Hasta ahora para el Frente para la Victoria entrerriano, Urribarri es el primer elector, el dueño de los votos, el que arma las listas. Y puede ir de candidato donde quiera. Menos a gobernador.
La re-reelección como gobernador es una alternativa gustosa y tuvo toda la Legislatura a favor como para convocar a una constituyente y reformar la Constitución, pero no lo hizo. Ahora los tiempos son muy ajustados.
Hasta hace un tiempo atrás, la mención de que Urribarri pudiera seguir el destino de su mentor y antecesor Jorge Busti y volver de la gobernación a la intendencia de Concordia era poco menos que una afrenta: “le queda muy chica”, fue una de las respuestas.
Pero ahora ya no se lo considera una locura. Concordia es la garantía de poder territorial, es la posibilidad de conservar un cargo ejecutivo y en “la capital del Peronismo entrerriano”, como le gusta al Justicialismo llamar a Concordia.
El “efecto Capitanich” le quita dramatismo a la opción. Desde que el gobernador de Chaco y ex jefe de Gabinete fue mencionado como un ejemplo de humildad por la Presidenta por la decisión de disputar la intendencia de Resistencia, es un espejo donde mirarse. Capitanich, hasta antes de ser jefe de Gabinete, también era un “presidenciable”.
El urribarrismo, desde que echó a rodar el “sueño entrerriano” tras las elecciones legislativas de 2013 se negó sistemáticamente a revelar cuál era el Plan B. “No hay plan B, el plan es llegar a la Presidencia”, respondían con vasca convicción.
Entre las alternativas que se han mencionado en el ínterin, estuvieron la de ocupar la banca en el Senado de Sigrid Kunath, en vistas de que Pedro Guastavino (de quien se postuló como suplente Urribarri de modo testimonial en 2013) está atornillado a la suya. Este año no se renuevan senadores entrerrianos y por ello habría que hacer renunciar a alguno para que entre Urribarri. Otra posibilidad es presentarse como candidato a diputado nacional (se renuevan 4 este año) pero la opción de perderse entre los 257 diputados nacionales no es atractiva.
Por lo pronto, el acto que tenía previsto realizar Mauro Urribarri, el hijo del gobernador, el viernes a modo de lanzamiento para precandidatura a intendente quedó suspendido.
