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Uno de los policias que atestiguo dijo que hubo “una toma de la Jefatura” y no un acuartelamiento

Ayer martes tuvo lugar la séptima audiencia en el juicio que se le sigue a los 18 agentes policiales por los hechos del 8 y 9 de diciembre de 2013. Luego de una recorrida por la Jefatura encabezada por el tribunal, llegó el turno de volver a tomar declaraciones. Esta vez fue el ex Jefe de la sección Adicionales quien relató los hechos de esas horas. Sostuvo que recibió llamados de parte de los tesoreros de los principales bancos que operan en Concordia que desde las 4 de la tarde de ese domingo quienes consultaban preocupados por el posible acuartelamiento de la fuerza. Además rememoró las corridas y los gritos dentro al ingreso a la Jefatura. También apuntó que entre los más violentos estaban Luis Roberto Carlino, Luis Alberto Gómez y Carlos Daniel Zaragoza.

Juan José Paiva, ex jefe de la sección Adicionales, prestó testimonio este martes por la mañana en los tribunales locales. Recordó que por esos días había servicios extras programados para la Fiesta Nacional del Arándano y también en un evento en la Costanera.

“Me llamó temprano gente del banco Bersa, del Galicia y Nación sobre rumores que había” inició relatando el uniformado con más de 28 años en la fuerza. “Llegué a la Jefatura cerca de las 18 y veo gente que ya estaba llegando a la Plaza 25 de mayo”, dijo y mencionó: “No tenía respuestas sobre lo que estaba pasando. Me señalaban que la policía estaba por acuartelarse”.

“A las 4 de la tarde me empiezan a preguntar si la policía se iba a acuartelar” subrayó, para rememorar que alrededor de las 20hs. mientras estaba en su oficina dentro de la Jefatura escuchó que arrancaba una manifestación sobre calle Pellegrini. A los pocos minutos, y ante el aumento de gritos y corridas en los pasillos de la institución, Paiva salió a ver qué era lo que sucedía.

“Veo que (Ariel) Silva era increpado y estaba lastimado” detalló el Suboficial, ampliando: “Veía que gritaban. Había varias mujeres. Entonces corrí a Silva para que se moje la cara porque estaba sangrando y lo llevé después a mi oficina. Después trato de comunicarme con Zaguán y aparece Silvetti y Bordón y se lo llevan”. En ese caos que se registraba en la sede policial sostuvo que permaneció encerrado en su despacho por un rato. “Me quería ir de Jefatura. No quería estar”, afirmó.

Con el correr de las horas, y ante la alerta del inicio de saqueos en varias zonas de la ciudad, Paiva contribuyó a los equipos que salieron a patrullar las calles y evitar nuevas entraderas. “Estuvimos por la zona de Boulevard San Lorenzo y Diamante. Fueron como 2 horas de recorrida. También en el Modelo de calle Roque Saenz Peña que terminaban de saquear y corrimos a la gente que quería seguir ingresando”, graficó.

Minutos más tarde la tarea continuó sobre calle Gobernador Cresto, en la parte trasera del Hipermercado Carrefour, hasta donde en varios patrulleros llegaron al lugar. “Veíamos mucha gente. Serían unas 400 o 500 personas que cuando vieron las luces de los patrulleros corrieron” señaló Paiva y explicó que las tareas en inmediaciones del hipermercado fueron hasta pasadas las 6 de la mañana.

“Estuvimos sacando gente de adentro del supermercado por más de 40 minutos” dijo y detalló que eran apenas 9 uniformados trabajando en el lugar. “Nos quedamos hasta que llegó la Prefectura”, amplió. Después de las 8 de la mañana arribó a Concordia la Brigada de Abigeato con unos 10 móviles más para sumarse a patrullar.

“Considero que fue una toma de Jefatura y no un acuartelamiento” diferenció Paiva, y argumentó que el ingreso y posterior estadía en la sede no fue pacífico. “Considero que ingresaron ‘prepiando’ y también hay que pensar que hubo jefes lesionados”, señaló.

Consultado por los defensores sobre las complicaciones de comunicaciones que tenían presuntamente los móviles con el Comando Radioeléctrico, Paiva ratificó que “el lunes al mediodía cuando yo estaba apostado en el Hipermercado se escuchaban insultos en la radio de los móviles. Había interferencias impidiendo que los móviles pudieran modular”, y enfatizó que la situación mejoró tras el arribo de un equipo móvil desde Paraná con el servicio del alerta 911.

“Gómez y Carlino lo habían increpado a Silva y decían que éste había tirado gas, pero yo vi cómo Silva estaba sangrando y mareado” dijo el Suboficial, para agregar: “Sentí los síntomas de gas entrando en mi oficina. Hay que imaginarse lo que era estando en el propio pasillo”.

Paiva además indicó haber visto como Carlos Zaragoza discutía en la noche del domingo con el Delegado de la Dirección de Derechos Humanos de Concordia, Rubén Bonelli. “Le gritaba qué hacía él ahí y estaba muy enojado. Recuerdo también que en una de sus manos tenía un corte”, aseveró y completó que recién el martes al mediodía “supe que el que había agredido a Silva era Zaragoza”.

El encargado de los adicionales mencionó que tras el saqueo a la firma Centro Eléctrico de calle Hipólito Yrigoyen, “Biderbós y Differding insistían en que abandone el cuidado del lugar y que volvamos con el móvil” a la Jefatura, a lo que añadió que a los pocos días de firmarse el acuerdo del aumento salarial “le reprocharon a un compañero por qué no fue a la protesta”.

 

 

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