PEKÍN, (Reuters) – El presidente chino, Xi Jinping, advirtió que el mundo enfrenta una elección entre la paz o la guerra en un gran desfile militar en Pekín el miércoles, flanqueado por el ruso Vladimir Putin y el norcoreano Kim Jong Un en una demostración de fuerza sin precedentes.
El evento para conmemorar los 80 años de la derrota de Japón al final de la Segunda Guerra Mundial fue en gran medida rechazado por los líderes occidentales, con Putin y Kim -parias en Occidente debido a la guerra de Ucrania y las ambiciones nucleares de Kim- como invitados de honor.
Diseñado para proyectar el poderío militar y la influencia diplomática de China, también llega en un momento en que los aranceles y las políticas volátiles del presidente estadounidense Donald Trump tensan sus relaciones con aliados y rivales por igual.
«Hoy, la humanidad se enfrenta a la elección entre la paz o la guerra, el diálogo o la confrontación, ganar-ganar o suma cero», dijo Xi a una multitud de más de 50.000 espectadores en la Plaza de Tiananmen, añadiendo que el pueblo chino «se mantiene firme en el lado correcto de la historia».
Luego, a bordo de una limusina descapotable, Xi inspeccionó las tropas y el equipo militar de última generación, como misiles hipersónicos, drones submarinos y un «lobo robot» armado.
Helicópteros que portaban grandes pancartas y aviones de combate volaron en formación durante una exhibición de 70 minutos que culminó con la liberación de 80.000 pájaros «de la paz».
Vestido con un traje tipo túnica al estilo del ex líder Mao Zedong, Xi saludó previamente a más de 25 líderes en la alfombra roja, incluido Prabowo Subianto de Indonesia, quien hizo una aparición sorpresa a pesar de las protestas generalizadas en su país.
Sentado entre Putin y Kim en la tribuna, Xi conversó repetidamente con ambos líderes mientras miles de tropas y material bélico desfilaban ante ellos. Fue la primera vez que los tres aparecieron juntos en público.
Posteriormente, durante una reunión bilateral en la Casa de Huéspedes de Estado de China, Putin agradeció a Kim por la valentía de sus soldados en la guerra de Ucrania. El líder norcoreano afirmó estar dispuesto a hacer todo lo posible para ayudar a Rusia.
En una publicación dirigida a Xi en Truth Social cuando comenzó el desfile, Trump destacó el papel de Estados Unidos al ayudar a China a asegurar su libertad de Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
«Por favor, transmitan mis más cálidos saludos a Vladimir Putin y a Kim Jong Un, mientras conspiran contra los Estados Unidos de América», añadió Trump.
El Kremlin dijo que Putin no estaba conspirando contra Estados Unidos y sugirió que Trump estaba siendo irónico en sus comentarios.
LA VISIÓN GLOBAL DE XI
Xi ha presentado la Segunda Guerra Mundial como un importante punto de inflexión en el «gran rejuvenecimiento de la nación china», en la que ésta superó la humillación de la invasión de Japón para convertirse en una potencia mundial.
A principios de esta semana, Xi dio a conocer su visión de un nuevo orden mundial en una cumbre de seguridad regional, llamando a la unidad contra «el hegemonismo y la política de poder», un ataque apenas velado a su rival del otro lado del Océano Pacífico.
«Xi confía en que la situación ha cambiado. Ahora es China la que vuelve a tomar el control», afirmó Wen-Ti Sung, miembro del Global China Hub del Atlantic Council, con sede en Taiwán.
«Se ha hablado más del unilateralismo trumpiano que de la diplomacia del guerrero lobo de China cuando se habla de la principal fuente de incertidumbre en el sistema internacional».
En una lujosa recepción después del desfile en el Gran Salón del Pueblo, Xi dijo a sus invitados que la humanidad no debe regresar a la «ley de la selva».
Más allá de la pompa y la propaganda, los analistas están observando si Xi, Putin y Kim pueden indicar relaciones de defensa más estrechas luego de un pacto firmado por Rusia y Corea del Norte en junio de 2024, y una alianza similar entre Beijing y Pyongyang, un resultado que puede alterar el cálculo militar en la región Asia-Pacífico.
Putin ya ha sellado acuerdos energéticos más profundos con Beijing durante su visita a China, mientras que la reunión le ha dado al solitario Kim una oportunidad de obtener apoyo implícito para sus armas nucleares prohibidas.
Han pasado 66 años desde la última vez que un líder norcoreano asistió a un desfile militar chino. Kim también estrechó la mano del presidente de la Asamblea Nacional de Corea del Sur, Woo Won-shik, antes del inicio del desfile, según informó la oficina de Woo.
Pyongyang ha rechazado las recientes propuestas de Seúl para estabilizar las deterioradas relaciones entre las dos Coreas, técnicamente en guerra desde que la Guerra de Corea de 1950-53 terminó en una tregua, no en un tratado de paz.
Kim viajó a Pekín con su hija Ju Ae , a quien la inteligencia surcoreana considera su sucesora más probable, aunque no fue vista junto a él en el desfile.
PASOS IMPRESIONANTES
En los últimos dos años, más de una docena de generales, muchos de ellos exalumnos de Xi, han sido purgados del Ejército Popular de Liberación en una amplia ofensiva contra la corrupción.
«El desfile permite a Xi centrar la atención mundial en sus impresionantes avances en la modernización de su armamento militar, al tiempo que eclipsa los persistentes desafíos que aquejan al EPL, en particular las continuas purgas que se están produciendo en las filas de sus oficiales de mayor rango», dijo Jon Czin, analista de política exterior de Brookings Institution, un centro de estudios con sede en Estados Unidos.
El desfile no sólo tenía como objetivo proyectar el poderío de China al mundo exterior, sino también galvanizar el espíritu patriótico en el país, dijeron los analistas.
En su discurso inaugural, Xi calificó el rejuvenecimiento de la nación china de «imparable». Funcionarios de todo el país se han encargado de observar el desfile y plasmar sus reflexiones, según declaró uno de ellos a Reuters.