BERLÍN/KIEV, (Reuters) – Los líderes ucranianos y europeos realizaron el miércoles esfuerzos desesperados para persuadir al presidente estadounidense, Donald Trump, de no alcanzar un acuerdo de paz en Ucrania con el presidente ruso, Vladimir Putin, ya que temen que esto pueda traicionar los intereses de Kiev.
Trump y Putin se reunirán en Alaska el viernes para dialogar sobre cómo poner fin al conflicto de tres años y medio, el mayor en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Trump ha afirmado que ambas partes tendrán que intercambiar territorio para poner fin a los combates, que han costado decenas de miles de vidas.
En una jornada de intensa diplomacia, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, viajó a Berlín para mantener reuniones virtuales organizadas por Alemania con líderes europeos y Trump. A los europeos les preocupa que un intercambio de territorio pueda dejar a Rusia con casi una quinta parte de Ucrania y animar a Putin a expandirse más al oeste en el futuro.
Desde que anunció la cumbre de Alaska, Trump ha minimizado las expectativas sobre las conversaciones, afirmando que sería una reunión de tanteo en su búsqueda de poner fin a la guerra de Moscú contra Ucrania. En una primera videoconferencia el miércoles, Zelenskiy y su anfitrión, el canciller alemán Friedrich Merz, se reunieron con los líderes de Finlandia, Francia, el Reino Unido, Italia, Polonia y la Unión Europea, así como con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, para hablar sobre su propuesta a Trump e intentar influir en el resultado de la cumbre del viernes.
Trump y el vicepresidente J.D. Vance se unieron posteriormente a la conversación, según una fuente familiarizada con la situación.
«Hablaré con los líderes europeos en breve. Son personas excepcionales que desean que se llegue a un acuerdo», escribió Trump en Truth Social.
EUROPA Y KIEV TEMEN UN ACUERDO DESFAVORABLE EN ALASKA
La imprevisibilidad de la cumbre en Alaska ha alimentado el temor de los europeos de que Estados Unidos y Rusia puedan tomar decisiones trascendentales que los superen e incluso intentar coaccionar a Ucrania para que acepte un acuerdo desfavorable.
«Nos estamos centrando ahora en garantizar que eso no suceda, colaborando con los socios estadounidenses y manteniéndonos coordinados y unidos en el lado europeo», declaró un alto funcionario de Europa del Este.
Preocupados por no enfadar a Trump, los líderes europeos han reiterado que acogen con satisfacción sus esfuerzos, al tiempo que insisten en que no debería haber acuerdo sobre Ucrania sin la participación de este país.
El gobierno de Trump moderó las expectativas el martes, declarando a la prensa que la cumbre sería un «ejercicio de escucha» para que él pudiera comprender qué se necesitaría para llegar a un acuerdo.
El acuerdo de Trump la semana pasada para la cumbre supuso un cambio abrupto tras semanas de expresar su frustración con Putin por su resistencia a la iniciativa de paz estadounidense. Trump afirmó que su enviado había logrado «grandes avances» en las conversaciones en Moscú.
Media docena de altos funcionarios europeos declararon a Reuters que ven el riesgo de alcanzar un acuerdo desfavorable para la seguridad de Europa y Ucrania. Añadieron que la unidad europea sería vital si eso sucediera.
Tras la reunión con Trump, la «coalición de los dispuestos», un grupo de países que trabaja en planes para apoyar a Ucrania en caso de un alto el fuego, también se reunirá en línea.
LA PRESIÓN EN EL CAMPO DE BATALLA CRECE SOBRE UCRANIA
Una encuesta de Gallup publicada la semana pasada reveló que el 69% de los ucranianos está a favor de un fin negociado de la guerra lo antes posible. Sin embargo, las encuestas también indican que los ucranianos no quieren la paz a cualquier precio si eso implica renunciar a las concesiones.
Antes de las llamadas, Zelenskiy afirmó que sería imposible para Kiev aceptar un acuerdo que le exigiera retirar sus tropas del este del Donbás, una gran parte de la cual ya está ocupada por Rusia.
Esto, declaró a la prensa el martes, privaría a Ucrania de una vasta red defensiva en la región, lo que facilitaría una futura incursión rusa en el país.
Añadió que las cuestiones territoriales solo podrían discutirse una vez que se estableciera un alto el fuego y Ucrania recibiera garantías de seguridad.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Alexei Fadeev, afirmó que la postura de Moscú no había cambiado desde que Putin la estableció en junio de 2024.
Como condiciones previas para un alto el fuego y el inicio de las negociaciones, el líder del Kremlin exigió que Ucrania retirara sus fuerzas de cuatro regiones que Rusia ha reclamado como suyas, pero que no controla por completo, y que renunciara formalmente a sus planes de unirse a la OTAN.
Kiev rechazó rápidamente las condiciones, considerándolas una rendición.